Existen historias de supervivencia y superación que, aunque parezcan imposibles, son reales. El marinero australiano John Deer es el protagonista de una de estas historias; el hombre logró sobrevivir de manera increíble después de que su barco naufragara en unas aguas infestadas de tiburones, a diecisiete quilómetros de tierra y a punto de anochecer. Ahora, narra su historia.
El australiano John Deer decidió cumplir su sueño de recorrer el mundo en barco y, el año 2019, vendió todas sus pertenencias para llevarlo a cabo. Desde entonces, el hombre ha estado navegando por el mar y visitando los puertos de ciudades marineras de alrededor del mundo. En el último viaje que realizó, Deer partió desde el puerto de Cartagena, en Colombia, y se dirigía a las islas de San Blas, en Panamá. La travesía, que debía durar unas 30 horas aproximadamente, se convirtió en la mayor pesadilla de Deer, aunque afortunadamente sobrevivió para contarlo.
"Estaba convencido de que estaba muerto"
Era un buen día para John: la travesía prácticamente finalizaba después de 30 horas, estaba a unos 17 quilómetros de tierra y, además, acababa de pescar un atún. Todo cambió en una milésima de segundo, aunque él lo vivió "a cámara lenta": Deer resbaló y cayó al agua, sin manera de poder volver a subir al barco. Vio como lo que era su casa, con todas sus pertenencias, y el único enclave seguro alrededor suyo, se alejaba rápidamente (estaba en piloto automático) sin que pudiera evitarlo.
"Estaba convencido de que estaba muerto. Nadie sabía que estaba ahí. Eran las cinco de la tarde, iba a anochecer en una hora. Entré en pánico y no pude evitar gritar", explica en una publicación de Internet. Por unos instantes, Deer se dio cuenta de que su muerte era inevitable, pero no quería aceptarlo. "Decidí imponerme a ese pensamiento y nadar hacia la orilla. Normalmente, no intentaría nadar 200 metros, y mucho menos 17 km, pero iba a intentarlo. ¿Qué otra opción tenía? Simplemente, rendirme y ahogarme", escribe. Cuando anocheció, Deer se guio a partir de la luz de la luna. En ese momento, notó que alguna cosa le mordía el pie, y eso hizo que entrara en pánico de nuevo, pero tuvo que recomponerse porque no podía permitirse perder energía. "Afortunadamente no era un tiburón, sino un pez", escribió.
Nadó durante 10 horas hasta que llegó a tierra
Transcurridas diez horas desde la fatal caída, en las que el hombre tuvo que afrontar todo tipo de condiciones meteorológicas, Deer consiguió llegar a unas rocas, donde se durmió. Al día siguiente, volvió a lanzarse al agua para nadar hasta otro punto que había observado y que consideraba factible. Una vez llegó ahí, se dio cuenta de que estaba en tierra de nadie, y de que no podía salir, por lo que improvisó una bandera con su camiseta. Un barco le vio y le socorrió, poniendo así fin a su pesadilla.
Cuando llegó a tierra, acudió a la policía, donde le informaron de que su barco había terminado chocando contra unas rocas y hundiéndose. Ahí también aplaudieron la increíble hazaña de Deer, así como su determinación por sobrevivir, y le informaron de que, efectivamente, las aguas donde había pasado prácticamente un día entero nadando están infestadas de tiburones. Deer, aunque lo ha perdido todo, aún no se cree que lograra sobrevivir en estas condiciones: "Mientras nadaba, recé para que las corrientes fueran clementes, aunque hubo algunas fuertes y tuve que nadar mucho rato con el viento de frente. También me alegré cuando vi que el animal que me había mordido no era un tiburón, si bien lo habría podido ser perfectamente", relata. Ahora, los amigos de Deer, y él mismo, piden colaboración y solidaridad para ayudarle a salir de este bache, ya que, con el hundimiento de su barco, la única posesión que tiene es su "camiseta y pantalones".