El Marsili podría hacer tambalear el sur de Europa. Este volcán submarino, el mayor en dimensiones de todo el continente, se encuentra en el mar Mediterráneo, concretamente en el Tirreno meridional, a unos 140 kilómetros en el norte de Sicilia y a alrededor de 150 de Calabria (Italia). El problema es que la actividad ha ido en aumento desde que fue descubierto en los años 1920 y los científicos lo han considerado como "potencialmente peligroso". Precisamente, en caso de erupcionar podría provocar un tsunami de más de 20 metros de altura que llegaría a impactar contra la costa italiana.

El volcán lleva durmiendo miles de años pero no está inactivo

Pese a ser descubierto a principios del siglo XX, no fue hasta el 2005 que empezó a estudiarse en profundidad con medios y proyectos estratégicos del CNR (Consejo Nacional de Investigación italiano) y se monitorizaron las observaciones oceánicas. Lleva miles de años sin gran actividad, pero eso no quiere decir que se encuentre inactivo. De hecho, los fenómenos volcánicos del Marsili se dan a cualquier hora del día. Los científicos creen que la edad de inicio de la actividad volcánica es inferior a 200.000 años.

La antigüedad del volcán sería similar a la del Teide (Tenerife) y, de hecho, el Marsili habría provocado tsunamis previamente en las regiones costeras del sur de Italia, donde se han encontrado rastros de sus materiales. El monte sumergido que forma el Marsili podría explotar en cualquier momento e, incluso, llegar a formar una isla, aunque se encuentra a 474 metros de profundidad. Sin embargo, todo depende de la fuerza y rapidez que pueda dar lugar a esto, ya que no todo tendría que acabar con un tsunami de 20 metros. Pero existe la posibilidad, según apuntan varios expertos.

En estos momentos la actividad del Marsili son estruendos suaves, alguna vez acompañadas de emisiones gaseosas y pequeños temblores. Por ello, mientras todo siga tranquilo y poco a poco no habrá peligro. Pero, ¿y si hay una erupción radical? Entonces una más que probable ola gigante podría afectar a las regiones italianas de Campania, Calabria y Sicilia, que son, además, algunas de las zonas con más densidad de población de Italia. Todo ello, provocado por los desplazamientos de piedras que hay bajo el mar, no por la explosión, que quedaría neutralizada por los 474 metros de profundidad a los que se encuentra su cima.