Los datos de 2024 sobre los disparos de arma de fuego que tuvieron que efectuar agentes de los Mossos d'Esquadra en defensa propia se han casi duplicado en relación con los hechos similares de 2023, según ha podido saber ElCaso.com de un informe interno del Departament d'Interior i Seguretat Pública de la Generalitat de Catalunya que recoge todos los incidentes en los que agentes de la policía catalana tuvieron que hacer uso de las armas reglamentarias y de dotación en los años 2023 y 2024. Los datos de 2025 todavía son parciales, evidentemente, y solo llegan hasta abril, si bien aún hay investigaciones pendientes de resolverse.
Según este informe, en 2023 se disparó en 253 ocasiones, aunque la mayoría de los disparos fueron para abatir o ejecutar animales malheridos o peligrosos, sobre todo en la red viaria. Del vaciado de los datos, sin embargo, se desprende que en 45 incidentes los agentes de los Mossos tuvieron que abrir fuego contra personas en defensa propia. En algunos incidentes, no obstante, se dispararon más de un tiro. En 2023, en estas actuaciones, se registraron dos personas heridas: una en les Llosses, en el Ripollès, Mustafa, un hombre que se atrincheró en su casa y que fue detenido por el GEI, que tuvo que abrir fuego para repeler el ataque con una escopeta, el 15 de junio, y también, el 8 de diciembre, en la Bisbal d'Empordà, los Mossos tuvieron que neutralizar a un hombre que había disparado contra la policía tras herir a su mujer. Los dos casos los avanzó ElCaso.com. En 2023 un hombre resultó muerto tras recibir un disparo por parte de los Mossos. Fue el 12 de agosto, en Vandellòs, cuando los Mossos dispararon contra un hombre que intentó atropellarlos tras escapar de un control policial. Acabó en el hospital de Tarragona y murió a las pocas horas.
Más disparos en defensa propia en 2024
En 2024, sin embargo, y siempre según los datos de este informe del Departament d'Interior, los Mossos tuvieron que disparar en 358 ocasiones, y de estas, en 78 incidentes fue por defensa propia o de otras personas. Sorprende, además de este incremento respecto a 2023, que más de 30 incidentes con armas de fuego sean en la ciudad de Barcelona. Entre estos incidentes, destaca uno, también en la ciudad, del 21 de febrero de 2024, donde los Mossos tuvieron que abrir fuego contra un hombre, que resultó herido, cuando huía de una plantación de marihuana en Vallvidrera e intentó atropellar a los policías. El 2 de junio de 2024, en l'Hospitalet de Llobregat, los Mossos neutralizaron también a un hombre que, armado con un cuchillo, amenazaba a personas en la calle, tal como también avanzó ElCaso.com. Según el informe, en los otros casi ochenta incidentes en los que se abrió fuego, no resultó herido nadie.
Más armas, ninguna formación
Estos datos demuestran lo que los políticos quieren ocultar: que cada vez hay más conflictividad en la calle y que los Mossos, como primera línea de respuesta, tienen que hacer un mayor uso de las armas de fuego para poder defenderse, y defender a los ciudadanos, de los ataques. Hace pocas semanas también se supo que se había disparado el número de delitos de atentado contra agentes de la autoridad en 2024, alcanzando cifras récord. Paralelamente, los Mossos también llevan meses alertando de que ha aumentado la presencia de armas blancas y armas de fuego en la calle. Aunque las primeras, que protagonizan muchos incidentes violentos en nuestro territorio, ya son de dominio público y han obligado a la policía catalana a desplegar planes específicos para intentar retirarlas de la vía pública, las armas de fuego se enmarcan, por ahora, en el crimen organizado y los enfrentamientos vinculados al narcotráfico, sobre todo la marihuana, uno de los quebraderos de cabeza de los Mossos.
Con todo, los sindicatos policiales lamentan que la formación que reciben los agentes de la policía catalana, sobre todo los de Seguretat Ciutadana, los que atienden el 80% de los incidentes, sea casi inexistente. Las prácticas de uso de arma de fuego, la reglamentaria, o incluso de arma larga, que en algunos casos también portan agentes de estas patrullas, son, si llegan a realizarse, una vez al año, sin ningún tipo de reciclaje, hecho que obliga a los agentes a hacer prácticas privadas para mejorar la destreza y no perder la habilidad en el uso de armas de fuego, sabiendo que, en un incidente como los que aparecen en este informe de Interior, podría no solo salvar la vida a algún ciudadano, también a ellos o a su binomio.