La policía ha detenido a un hombre acusado de tráfico de drogas después de intentar transportar quince kilogramos de cocaína escondidos en tres cuadros decorativos. Los hechos tuvieron lugar el pasado 28 de octubre en la terminal 1 del Aeropuerto de Barcelona, cuando los agentes de la Policía Nacional, en el control de fronteras, vieron tres cuadros que, a pesar de su tamaño, demasiado pequeño, pesaban mucho. Los agentes preguntaron al propietario de los cuadros, un hombre que volaba a Colombia haciendo escala en Madrid, qué hacía con las tres obras de arte y por qué las quería llevar a su país de origen.
El hombre, al ser interrogado, se puso nervioso y no fue capaz de dar ninguna respuesta coherente a los policías, que cada vez veían cómo el hombre se contradecía más. Ante las sospechas de los agentes de que los cuadros podrían ser el objeto con el que el individuo estuviera traficando con droga, los policías hicieron pruebas a las piezas, pero dieron negativo. Aun así, el ojo clínico de los policías les hizo ver que el hombre estaría ocultando alguna sustancia con un método más complejo, y decidieron decomisar los cuadros, comunicando al sospechoso que quedaba formalmente investigado, pero dejándole coger el vuelo que tenía programado hacia Madrid.
Al día siguiente, el 29 de octubre, los policías llevaron las tres piezas al Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona. El informe determinó que, efectivamente, las piezas llevaban hasta quince kilogramos de cocaína en el interior. Ante la confirmación, el grupo de la policía judicial del Aeropuerto de Barcelona activó, con carácter urgente, una orden de búsqueda y captura del sospechoso, con el objetivo de detenerlo cuanto antes, antes de que abandonara España. Minutos más tarde, agentes de la Policía Nacional del aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas esposaron al hombre, de nacionalidad colombiana, justo cuando estaba a punto de regresar a su país. Al individuo se le acusa, supuestamente, de ser el autor de un delito contra la salud pública.
Métodos cada vez más sofisticados
Los policías, en la primera inspección realizada en el Aeropuerto de Barcelona, no localizaron la cocaína oculta porque el hombre utilizó una técnica que ocultaba muy bien la droga. El detenido escondió la sustancia bajo una capa gruesa de "epoxi", una resina sintética muy dura y difícil de manipular. Además, la cocaína no presentaba el color ni el olor característicos, sino que era de color negro y con una textura granulada muy fina, lo que hizo que no reaccionara de manera positiva a las sustancias de detección de drogas que habitualmente utiliza la policía.
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