Los Mossos d'Esquadra han detenido a un hombre este viernes, 19 de diciembre, después de intentar apuñalar a la guardia municipal de Bescanó, un municipio de poco más de 5.000 habitantes del Girona. Según ha podido saber El Caso.com, los hechos han tenido lugar poco después de las once de la mañana, cuando la agente ha sido requerida por los vecinos porque el hombre estaba causando muchas molestias. La mujer ha ido al punto del municipio donde vive el indigente, concretamente a una fuente pública cercana al cruce entre la carretera N-141 y la calle de Sant Sebastià, para identificarlo, y este, lejos de mostrarse amable y colaborativo, ha decidido mostrar un cuchillo de grandes dimensiones a la agente. La mujer, que no puede llevar arma reglamentaria de dotación, ha temido por su integridad física y ha podido subir al vehículo y marcharse del lugar, pidiendo apoyo a los Mossos d'Esquadra.

La policía catalana, al recibir la alerta, se ha activado inmediatamente y se ha dirigido al lugar donde el hombre tiene su campamento donde malvive. Este ha continuado con una actitud agresiva hacia los policías, mostrando el arma blanca y amenazándolos de muerte. Los Mossos, finalmente, han tenido que reducir al hombre, que ha sido detenido como supuesto autor de un delito de atentado contra agentes de la autoridad. La policía catalana ha trasladado al indigente a la comisaría y trabaja ahora para poder saber la identidad del individuo. Según ha podido saber El Caso.com, se trata de un hombre de 32 años, nacido en Senegal que, supuestamente, padece un trastorno psiquiátrico. El hombre tiene 27 antecedentes y pasó ocho años en la cárcel de Can Brians por haber cometido una agresión sexual.

Falta de seguridad

Los guardias municipales, al igual que los vigilantes municipales, son los cuerpos de seguridad de los que se pueden dotar los municipios que no tienen Policía Local. Las funciones de este cuerpo, sobre el papel, se limitan a custodiar y vigilar las instalaciones municipales, ordenar y regular el tráfico, velar por el cumplimiento de la ley y colaborar con los otros cuerpos de seguridad en aquellas tareas que sea requerido, como por ejemplo el de auxilio al ciudadano, aunque acaban haciendo de todo. 

Así y todo, no son policías como tales, y no tienen las medidas de seguridad con las que cuentan el resto de cuerpos policiales, como patrullas de más de una persona, el arma reglamentaria o, en muchos casos, el chaleco antibalas. El intento de apuñalamiento de hoy en Bescanó, por parte de un hombre con problemas psiquiátricos, vuelve a poner sobre la mesa la falta de seguridad con la que trabajan muchos de los vigilantes en Cataluña que, en la mayoría de ocasiones, se encuentran en primera línea de los conflictos y son los primeros en llegar.