Dos semanas después del asesinato a tiros del chef mallorquín David Peregrina y su mujer, Erika da Silva, en el restaurante que regentaban en Brasil, la policía ha encontrado al presunto autor de la ejecución. Se trata de Eliandro Loureço Menezes, un antiguo empleado de Ilha Dos Ribeirinhos, y según han conseguido averiguar a los investigadores, habría matado al matrimonio por una supuesta deuda; hace años, cuando todavía trabajaba para Peregrina, este le prometió una parte de su terreno que nunca le entregó. El pasado 24 de noviembre, Menezes acudió al restaurante para reclamar el cumplimiento de esta promesa, pero, frustrado por la negativa del chef, disparó contra él y contra su mujer.
Según ha adelantado el diario Última Hora, fue el hijo de Menezes quien lo entregó a la policía. El joven acudió el pasado jueves a comisaría para confesar el crimen de su padre: Menezes había confiado en él y le había explicado todo lo que había hecho. Los agentes lo detuvieron también a él en calidad de cómplice. Poco después localizaron al padre, deteniéndolo también por un delito de asesinato.
Tenía antecedentes por atracar bancos
El comisario de la Policía Local de Porto Seguro ha explicado en rueda de prensa que Menezes tenía varios antecedentes por robos en bancos, y utilizaba la isla donde se encontraba el restaurante para "esconder armas y drogas". Hay que recordar que Peregrina, antes de mudarse a Brasil, trabajaba como director de la sucursal de Caixa Rural en el municipio de Muro, en su Mallorca natal. El año 2012 fue condenado a tres años y nueve meses de prisión por haber cometido una macroestafa immobiliaria, embolsándose cerca de dos millones de euros; según la policía de Porto Seguro, Peregrina compró la pequeña isla en la que estableció su restaurante, en medio del río Buranhém, con parte del dinero de aquel fraude, cerca de un millón de reales brasileños, que corresponderían a unos 190.000 euros al cambio actual.
El trabajo de Menezes era cuidar del restaurante y de los terrenos cuando el matrimonio no estaba, situación que aprovechó para continuar con sus actividades delictivas, cuya existencia se desconoce si el matrimonio sabía. En algún punto de su relación laboral, Peregrina y Menezes habrían llegado a un acuerdo según el cual el chef le entregaría una parte de la isla, que el detenido, supuestamente, quería utilizar como escondite permanente para la mercancía con la que traficaba, pero tuvo que huir antes de recibir nada después de ser descubierto por la policía. Finalmente, volvió para hacer efectivo el acuerdo, pero Peregrina se negó en redondo, resultando en su muerte y en la de su mujer.