Este lunes se hacía pública la muerte del chef mallorquín David Peregrina y su mujer, Erika da Silva, tiroteados dentro del restaurante que regentaban en Porto Seguro, en Brasil, la mañana de pasado el viernes. La noticia conmocionó al mundo de la restauración; nadie se explicaba cómo pudo ocurrir una cosa así. La policía de Eunápolis pensó que se había tratado de un robo que salió mal, pero no encontraron ningún indicio de que faltara nada de las pertenencias de la pareja. A estas alturas siguen sin saber cuál fue el móvil de este macabro crimen, que consideran una ejecución.
La investigación que han abierto ha revelado ciertos detalles del pasado de Peregrina que podrían estar relacionados con su muerte. Antes de dedicarse a la cocina, trabajó durante muchos años como banquero en su Mallorca natal, en concreto como director de la sucursal de Caixa Rural del municipio de Muro. Según han averiguado los agentes, Peregrina aprovechó su cargo para cometer una serie de estafas hipotecarias durante el año 2003, en pleno boom inmobiliario. El año 2012 fue condenado a tres años y nueve meses de prisión por haberse embolsado cerca de dos millones de euros ganados con estos fraudes, según ha adelantado el diario Última Hora.
Firmaba falsas hipotecas y se quedaba con el dinero
La Audiencia de Palma consideró probado que, junto con 29 cómplices de una agencia inmobiliaria de la isla, captó a una serie de jóvenes, algunos de solo 18 años, y les hizo firmar préstamos hipotecarios que no querían, a cambio de recibir 1.000 euros por cabeza. El dinero de estos préstamos se los quedaban Peregrina y el director de la inmobiliaria, así como las casas por los que firmaban falsamente las víctimas. Al destaparse la estafa, el chef huyó a Brasil, donde permaneció durante tres años, aunque él aseguró en todo momento que no lo hizo para eludir la justicia, sino porque su pareja era de este país. Fue detenido el año 2008 en el aeropuerto de Madrid-Barajas cuando se disponía a volver a Brasil; el responsable de la agencia inmobiliaria huyó y hoy día continúa en paradero desconocido.
Después de salir de la prisión, decidió establecerse definitivamente en el país latinoamericano y abrió el restaurante Ilha Dos Ribeirinhos con su mujer. Con los años, el establecimiento se convirtió en todo un reclamo turístico, y disfrutaba de mucha popularidad también entre los locales. El restaurante se encuentra apartado del núcleo urbano de Porto Seguro, y solo se puede acceder a él en barco, lo cual dificulta la investigación de la policía ya que no hay vecinos ni cámaras de seguridad en los alrededores.
David Peregrina y Erika da Silva fueron asesinados a tiros a primera hora de la mañana del viernes 24 de noviembre. Cuando los encontraron, la mujer estaba tirada en el patio posterior del restaurante con una herida de bala en la cabeza; estaba desnuda, y los investigadores contemplan la posibilidad de que estuviera en la ducha cuando los atacaron, ya que no han encontrado indicios de una agresión sexual, e intentó escapar por el balcón. El cuerpo del hombre estaba en la cocina, en la planta baja, con varios disparos en la espalda, los brazos y el pecho.