Esta mañana los Mossos d'Esquadra han explotado una investigación que hacía meses que analizaba la estructura que se dedica a comprar los móviles que son robados en el centro de Barcelona. Un dispositivo con decenas de agentes ha realizado decenas de registros en pisos y locales del centro de la ciudad, sobre todo en el Raval, en Ciutat Vella, en la capital de Cataluña, con el objetivo de detener a los responsables de la red pakistaní que compra los móviles robados por otros ladrones a turistas y transeúntes de las calles cercanas. Concretamente, se ha realizado seis entradas en establecimientos comerciales de Barcelona y siete entradas en domicilios, de los cuales cinco en Barcelona, uno en Badalona y una en Sant Andreu de la Barca. En el operativo, se ha detenido a diecisiete personas.
Los ladrones, de diversas nacionalidades —la mayoría magrebíes— roban los terminales y saben dónde deben venderlos. Les esperan, según esta investigación, que, si bien sigue bajo secreto, ElCaso.com ha tenido acceso a algunos detalles, en varios pisos mujeres y hombres pakistaníes que los compran y los aprovechan. Según el análisis hecho por la policía catalana, en un equipo conjunto amplio con agentes de la Divisió d'Investigació Criminal (DIC) de Barcelona, la Unitat d'Investigació de la comissaria de Ciutat Vella y el Àrea Regional d’Investigació (ARI) de la región de Barcelona, los hombres pakistaníes que reciben estos móviles los desbloquean aprovechándose de la ingeniería social y los utilizan para sacar provecho haciendo participar a los legítimos propietarios de los móviles en estafas bancarias.

Según ha podido saber ElCaso.com, desde estos pisos, convertidos casi en granjas, los arrestados enviaban mensajes a los propietarios de los móviles, engañándolos y consiguiendo permisos y contraseñas de los terminales, que después eran utilizados para cometer estafas, con los móviles y las cuentas asociadas como víctimas o incluso como pasarelas para hacer nuevas estafas. Durante un par de meses, los móviles robados en la calle, en el centro de Barcelona, eran aprovechados por los arrestados y, después, en lotes, eran vendidos a otras personas que, finalmente, los sacaban del Estado y los enviaban hacia el norte de África, donde volvían a ser vendidos.
El circuito (ilícito) que hacen los móviles que son sustraídos en Barcelona, con un gran aprovechamiento por parte de los criminales, es digno de estudio en estos másteres de moda sobre sostenibilidad. El caso se ha bautizado como Baltis, seguramente por el grupo étnico Balti del Pakistan, país del cual son la totalidad de los arrestados en este operativo.
Golpe a los líderes de la organización en Barcelona
El objetivo de este dispositivo era golpear a los líderes de la organización y también a los especialistas que se dedican, informáticamente, a aprovecharse de los móviles robados para hacer estafas. Algunos de los arrestados, además de receptación, también serán acusados de este delito cuando sean presentados al juzgado de guardia. En total se han detenido a diecisiete personas y se han intervenido cientos de dispositivos electrónicos, teléfonos móviles y dinero en efectivos. La investigación, sin embargo, sigue abierta. El análisis de toda la información recogida en los registros en pisos y locales del centro de la ciudad permitirá seguir tirando del hilo y abrir nuevas fases, también para saber cómo salen del país los móviles que acaban en el extranjero. Los terminales, después de estar estos meses en las cuevas de Alí Babá del Raval, siguen el mismo camino que los ordenadores portátiles que, la semana pasada, una investigación de ElCaso.com descubría que terminan en tiendas de Marruecos.
