Las investigaciones de los Mossos d'Esquadra avanzan, bajo la tutela del juzgado que asumió el caso y de forma secreta, para aclarar qué pasó en el portal del número 200 de la calle del Consell de Cent este martes por la tarde, cuando un hombre fue ejecutado por la espalda, con un disparo en la cabeza, por parte de un pistolero desconocido. Tal y como ya apuntaban los Mossos d'Esquadra en las primeras horas de los hechos, por el modus operandi del ataque todo parecía relacionado con el crimen organizado, pero había que saber si se trataba de un conflicto entre bandas autóctonas —que, si bien no es habitual este tipo de actuaciones, sí que, recientemente, en el Maresme, un hombre de nacionalidad española relacionado con el tráfico de drogas en el puerto había sido asesinado del mismo modo—, o si, por el contrario, entraban en juego mafias internacionales. Lamentablemente, tampoco es la primera vez. Hace pocos meses, Tekin Kartal, el líder de una organización turca de tráfico de droga, también fue ejecutado, a plena luz del día, en el centro de Barcelona, con un disparo en la cabeza.
La víctima, Filipu Knežević
Con la plena identificación de la víctima, a quien nadie conocía en el portal y que, en un primer momento, se supo que era de nacionalidad española —a la espera de saber si se acreditaba con algún tipo de documentación falsa—, se ha confirmado que la segunda opción, la de la mafia internacional, cobra toda la fuerza. El hombre muerto es un extranjero, de origen montenegrino, de unos 36 años. Concretamente, según el diario Standard, de Montenegro, se trata de Filipu Knežević, un hombre vinculado al clan Kavački y relacionado, según las autoridades, no solo con el tráfico internacional de drogas y el blanqueo de capitales, sino también con un crimen en Corfú, en Grecia, en el año 2020, donde fueron asesinados dos hombres. Por ese crimen, el hombre encontrado muerto en Barcelona tenía una orden de búsqueda y detención, según los mismos medios.
Según las autoridades serbias, Filipu Knežević, de Cetinje, en Montenegro, hacía años que había entrado en el Estado español y vivía con una identidad falsa. Un hecho que, por ahora, según las primeras informaciones, confirmaría que la primera identificación no fue correcta. Aun así, con la colaboración internacional, y también con el uso de las huellas dactilares de la víctima, se pudo llegar a saber quién era y que era este hombre buscado por la justicia de su país y vinculado a la mafia internacional. De nuevo, Catalunya vuelve a ser el refugio de este tipo de crimen organizado, muy peligroso, que encuentra, en nuestro territorio, cómo esconderse. Hasta que la policía u otras personas que los quieren muertos los localizan, y se generan estas escenas de violencia más propias, antes, de otros países, pero que ahora se registran también, a plena luz del día y en el centro de Barcelona.

Por ahora, se desconoce cuál era el objetivo de asesinar a Filipu Knežević en Barcelona, y sobre todo, quién lo había encargado, organizado y ejecutado. Esta fase de la investigación, aseguran los Mossos, puede ser larga y no se esperan resultados pronto. El pistolero, o pistoleros, que atacaron al hombre de 36 años cuando entraba al portal del piso donde vivía, en la calle del Consell de Cent, todavía no ha sido detenido. Se desconoce cuánto tiempo llevaba viviendo en el cuarto segunda de este bloque del centro de la ciudad, pero los vecinos, consultados por ElCaso.com, no lo conocían.
Ni para bien ni para mal. Las personas que compartían escalera con él habían hablado poco, e incluso, algunos explicaron que creían que era un joven español, con quien casi no habían compartido ni un "buenos días". La finca tiene varios pisos turísticos, pero Filipu Knežević vivía en un piso de alquiler. Hasta que los Mossos no lo relacionaron con el piso de la cuarta planta, las dos vecinas que lo encontraron en el suelo, boca arriba, con un disparo en la cabeza, no supieron quién era.
Un disparo en la cabeza para matar a Filipu Knežević
El pistolero sabía quién era y qué quería. Disparó, en estilo ráfaga, una decena de tiros. Algunos acabaron en la pared, pero cuatro impactaron en el hombre. Uno, directamente en la cabeza; los otros, en la espalda. El análisis balístico del resto de proyectiles encontrados en la escena del crimen, junto con la autopsia y la avanzada tecnología criminal que tienen los Mossos, permitirá también avanzar en la investigación y poder aportar nuevos datos que ayuden a aclarar el arma y el perfil —altura, etc.— del pistolero. Si se confirma que se trata de un conflicto entre bandas internacionales, alertan los Mossos, la resolución puede ser complicada, sobre todo teniendo en cuenta la movilidad que pueden tener este tipo de organizaciones criminales, que han infestado Catalunya para entrar y salir sin llamar la atención. La muestra: Filipu Knežević, buscado internacionalmente, estaba instalado en Barcelona y no había levantado ninguna sospecha. Lamentablemente, una ejecución como esta, en el centro de la capital del país y a plena luz del día, no es la primera ni será la última.