El juez ha decretado el ingreso en prisión provisional para el presunto asesino de Mohamed Abdeselam, el niño de 8 años que apareció muerto en un terraplén en Ceuta el pasado 19 de diciembre. Inicialmente, está investigado por los delitos de asesinato y agresión sexual al menor. Su detención se produjo este miércoles después de una larga investigación en que han sido claves las cámaras de seguridad de la zona y una chaqueta que el detenido se dejó en el polideportivo donde el menor había ido a jugar aquella tarde.

El autor del crimen ha confesado su culpabilidad

En el interrogatorio con los agentes policiales, el detenido ha reconocido parcialmente su culpabilidad en el crimen. Según ha explicado, se encontró con el chico cuando estaba solo y discutió con él, pero asegura que el menor habría muerto de forma accidental. Además, también ha negado que lo agrediera sexualmente. Los investigadores no descartan que pudiera haber sido violado, ya que el chico estaba semidesnudo cuando lo encontraron y el detenido tiene un antecedente por la agresión sexual a otro chico hace cinco años. La autopsia, sin embargo, no lo pudo determinar.

El detenido no tenía ninguna relación con la familia

El investigado por el crimen es Cristian B., un hombre de 34 años de Ceuta que vive con sus padres en el barrio de Rosales, a unos dos kilómetros del lugar donde se cometió el crimen. En el año 2013 fue condenado a seis meses de prisión por un robo con violencia en una escuela donde trabajaba como chico de la limpieza. Este hecho provocó que en el año 2017 fuera expulsado de la Asociación Plena Inclusión, una entidad que atiende a personas con discapacidad intelectual. Además, también tenía otro antecedente por agresión sexual a un chico hace cinco años.

Actualmente, trabajaba como repartidor de bombonas de butano en Ceuta. De hecho, aunque no tenía ninguna relación directa con la víctima o su familia, el padre del menor lo ha reconocido como uno de los butaneros que alguna vez había ido a repartir a su casa. Por otra parte, también figura a las listas de jugadores veteranos de la Federación de Fútbol de Ceuta. Su detención ha supuesto un cierto alivio en la barriada de Lona Colmenar, donde los familiares y el entorno del menor se miraban entre ellos como posibles sospechosos.

La tarde del 18 de diciembre, el menor salió a jugar a fútbol sala con unos amigos a unas pistas polideportivas a pocos metros de su casa. Al ver que no volvía, su padre lo salió a buscar sin éxito y, ya de madrugada, fue a denunciar su desaparición a la Policía Nacional. A primera hora de la mañana, el cadáver de Mohamed apareció semidesnudo entre unos matorrales en un terraplén muy próximo. La autopsia determinó que había sido asesinado con un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente. Se investigó el entorno de la víctima, pero la revisión de las cámaras de seguridad han permitido encontrar al verdadero culpable.