En los últimos años, ha aumentado la moda entre los jóvenes de consumir óxido nitroso, conocido popularmente como el gas de la risa, una sustancia que, aunque no sea considerada formalmente como droga, muchos jóvenes utilizan para colocarse. Aunque socialmente el óxido nitroso es percibido como seguro —de hecho uno de sus usos es como agente anestésico y analgésico—, consumirlo de manera lúdica puede producir efectos adversos muy graves contra la salud, como asfixia, alucinaciones, desorientación, alteraciones en el habla y en casos más graves, convulsiones, arritmias o incluso paradas respiratorias. Los efectos duran poco rato, pero envalentona y desinhibe a sus consumidores.

Obtener el gas de la risa es muy fácil y barato. Los consumidores pueden comprarlo por internet o encontrarlo en dosis de globo que se vende, a un precio muy bajo, de manera ilegal. Es muy común, pues, ver jóvenes de todo tipo de clases sociales inhalando el aire de dentro de los globos cuándo salen de fiesta en zonas de ocio o cuándo se reúnen en espacios públicos, como el parque o la playa.

En Lloret de Mar se interviene cerca de mil kilos

La Policía Local de Lloret de Mar, en Girona, en el marco de la operación Lloret Actua ha llevado a cabo las tareas pertinentes para proteger la salud pública y el bienestar de los residentes y visitantes de esta población que en verano se llena hasta los topes. Solo en el mes de agosto el cuerpo policial ha intervenido 950 kilos de este gas en un total de 431 botellas.

El óxido nitroso no es considerado una droga, por lo tanto, la policía no puede intervenir ni perseguir directamente a las personas que lo comercializan de manera fraudulenta, a pesar de estar cometiendo un delito contra la salud pública. Sin embargo, los cuerpos policiales de varios municipios tienen tres procedimientos diferentes para combatir la moda de inhalar el gas de la risa. Para el consumidor, se aplica el procedimiento de incumplimiento de la ordenanza municipal del civismo. Para la persona que comercializa el gas, se aplica un procedimiento por la venta ambulante y otro por la infracción del Código de Consumo de Catalunya, en caso de que la distribución sea a escala mayor.