La Guardia Civil, fruto de las escuchas que ha hecho a José Cachot Flores, alias Lucky, lo acusa de un delito de asesinato por haber orquestado, según la investigación y la teoría de un juzgado de Lleida, que lo investigaba por un delito de tráfico de drogas, concretamente cocaína a escala internacional, supuestamente, la muerte de Bubito, David Caballero, un conocido antiguo estibador del Port de Barcelona dedicado también al tráfico de drogas.
Desde la prisión, el que es considerado el jefe de la organización de este clan de la droga contactó varias veces con otras personas que tenía bajo su mando para pedir que "se hiciera una visita", según consta al sumario del caso, al cual ha tenido acceso ElCaso.com, a Bubito, haciendo referencia, aseguran a los analistas de la Guardia Civil y también la jueza de Lleida que ha llevado el caso, a su asesinato, que se acabó produciendo el 15 de noviembre de 2024, en Montgat, en el Maresme (Barcelona). Un desconocido, que todavía no ha sido detenido, abrió fuego cuando el antiguo estibador había acabado de dejar a su hijo a la escuela y se sentó en una terraza a desayunar. Dos disparos lo mataron en el acto. El pistolero escapó. Aunque en un primer momento se miró hacia Colombia, donde Bubito tenía algunos enemigos, estas conversaciones telefónicas intervenidas durante la investigación de la Guardia Civil por un cargamento de droga que fue interceptado en Lleida y que se ha alargado durante meses ha acabado poniendo luz en la oscuridad. Supuestamente.
En las llamadas que hacía Lucky a algunos de sus lugartenientes, los agentes detectaron que, aunque en un primer momento habían sido amigos y aliados, la relación entre José Cachot y Caballero se había debilitado. En las llamadas que hacía desde prisión, desde donde lo acusan de seguir manteniendo el negocio del narcotráfico, despachaba con diversos de sus lugartenientes y en una de las conversaciones, sobre unas detenciones y la pérdida de un cargamento de droga, el mismo Lucky explica que cree que Bubito es quien tiene contacto con la policía y quien pasa información sobre el negocio. Creen que, con el objetivo de quedarse a los clientes y debilitar la organización del Prat de Llobregat, Bubito los había traicionado. Incluso, Lucky asegura que todavía le debe dinero de la venta de una casa en Cabrera de Mar, que se quedó Caballero.
Según el atestado de la Guardia Civil, la organización que lideraba José Cachot orquestó el crimen y, supuestamente, pagó 200.000 euros a unos sicarios de nacionalidad albanesa que fueron los encargados de ejecutarlo el mes de noviembre. El mes de septiembre fue cuando se detectaron las primeras conversaciones donde salía el nombre de Bubito, y fue a mitad de noviembre cuando fue ejecutado. La jueza de Lleida que lleva el caso, aunque consta en un auto, al cual también ha tenido acceso ElCaso.com, que Lucky no ha declarado, sí que ve que hay indicios de su participación en esta conspiración para matar a Bubito. Cuando "la visita" que pidió Lucky acabó con el asesinato de este antiguo aliado que ahora, además de deberle dinero, consideraba a un "chivato" de la policía.
"Comprar confeti"
Uno de los puntos interesantes del vaciado que hacen los analistas de la Guardia Civil de las conversaciones intervenidas, una documentación que ahora se enviará al juzgado de Badalona que investiga el homicidio, es la lista de las palabras "secretas" del vocabulario en clave que utilizaban en sus conversaciones telefónicas con el fin de hacerse entender entre ellos y, al mismo tiempo, evitar que la policía los pudiera relacionar con hechos delictivos. Aunque no sirvió, ya que han acabado detenidos y ante un juez, es curioso ver qué palabras utilizaban para intentar este objetivo.
Según consta al atestado de la Guardia Civil, cuando en sus conversaciones se referían a "mucho barro" querían decir que habían notado mucha policía, pero también "merca", que es como se referían a la cocaína, según la Guardia Civil. También hablaban de la "lata", que era el contenedor donde llegaba la droga, y cuando llegaba, "llegaba el bus". También se referían a comprar armas como "comprar confetis" y a las armas de guerra, en esta neolengua, las llamaban "iphone promax" y a las pistolas, "cacharra", un término que ya se utilizaba. También habían utilizado "tirar patatas", como símil de hacer uso de granadas de mano.
Querían hacer daño a dos personas más
A más de, supuestamente, intentar matar a Bubito, también habían pedido hacer daño a dos personas más. Según la información recogida por la Guardia Civil y que también sostiene la magistrada de Lleida que lleva el caso, en las conversaciones también se habían detectado amenazas de Lucky contra David R., alias Patapalo, y también contra Carmelo M., dos enemigos de José Cachot, uno de ellos por haberlos extorsionado para vigilar una zona de obras y lo quería escarmentar. Las mismas diligencias también apuntan que al final, sin embargo, no atacaron a estas dos personas.