Los Mossos d'Esquadra han capturado a un hombre de 32 años por introducir drogas y teléfonos móviles en la prisión de Brians 1 sobrevolando el recinto con un dron de madrugada. Se le acusa de haberlo hecho una vez, aunque durante el mes de septiembre se han llegado a detectar cinco vuelos más de este tipo de aparatos de los cuales se desconoce el autor y que no se ha podido acreditar que también los hiciera la misma persona. Es una práctica cada vez más habitual y que afecta también al resto de prisiones catalanas, convirtiéndose en el tercer método más utilizado para meter drogas en los centros penitenciarios, detrás de los retornos de permisos y los vis a vis.
Seis vuelos para meter drogas con drones en Brians 1 en un mes
A principios de septiembre, tal como avanzó ElCaso.com, se detectaron hasta tres vuelos de drones en la prisión de Brians 1 para intentar meter drogas y teléfonos móviles. Después de uno de estos, los funcionarios se encontraron en el patio del módulo 1 un paquete con casi 200 gramos de hachís en dos ladrillos de 100 gramos cada uno, un móvil pequeño, de los que usan los internos para comunicarse, de manera irregular, con el exterior, y también otras herramientas como unos auriculares y conectores de terminal móvil. En todos los casos, sin embargo, los drones no se pudieron interceptar.
A raíz de este hallazgo, y gracias al nuevo sistema de detección de vuelos instalado en los centros Brians 1 y Brians 2, donde también se han detectado vuelos y descargas de droga similares, la Dirección General de Asuntos Penitenciarios del Departamento de Justicia y Calidad Democrática pudo obtener los detalles de los tipos de aeronave, las rutas realizadas y la ubicación del piloto. Con esta información, la Unidad Central de Apoyo Aéreo de los Mossos hizo un estudio de los diferentes vuelos que se habían registrado y permitió delimitar una zona desde la cual suponían que despegaban los drones.
Sabiendo ya el lugar exacto, se diseñó un dispositivo que dio sus frutos cuando los días 19 y 20 de septiembre se produjeron dos nuevos vuelos no autorizados del mismo dron en la zona de seguridad de Brians 1. En este caso, los Mossos pudieron grabar con un dron policial de ala fija como un hombre llegaba a la zona, preparaba la aeronave, la despegaba y, pasados unos minutos, la recogía y se marchaba del lugar. Posteriormente, los investigadores lo siguieron y pudieron registrar la llegada a su domicilio.
El hecho de sobrevolar con un dron por encima de un espacio prohibido como es una prisión, siempre que no ponga en riesgo la vida de las personas, no es considerado un delito penal y solo conlleva una denuncia administrativa, pero sí lo es que se use para introducir drogas. En este sentido, como en el vuelo del 20 de septiembre dejó caer un paquete con material electrónico, hachís y cocaína en el patio del centro, se le pudo detener el 29 de septiembre en Masquefa, en la Anoia (Barcelona). El hombre, de nacionalidad española, está acusado de un delito contra la salud pública y contra la Administración de Justicia.