Martina Patti, de 20 años, asegura no recordar nada del asesinato de su hija y se pone incómoda cuando le piden que relate cómo golpeó exactamente a la menor, de 5 años. "Me di la vuelta porque no quería mirar", ha declarado en el juicio. Es una de las informaciones extraídas del auto que valida la detención de la madre, que asesinó su hija e intentó encubrirlo haciendo ver que se trataba de un secuestro en la localidad de Mascalucia, a la provincia de Catania (Sicilia).

La jueza que lleva el caso, Daniela Monaco, intenta imaginar la angustia de la víctima y asegura que Patti "infligió múltiples golpes" con un arma puntiaguda a la hija, que fue víctima de una muerte violenta, particularmente sangrienta y probablemente lenta. Este hecho muestra la clara intención que tenía la madre y que, en todo caso, fue un acto premeditado.

La acusada no muestra arrepentimiento

La jueza Monaco muestra una actitud dura hacia la madre, que después de la reconstrucción de los hechos y su confesión, no ha mostrado signos de arrepentimiento. "Matar a un niño a esta edad y que, además, no se pueda defender, constituye un delito gravísimo. Además, se trata de un comportamiento antinatural, repugnante, despreciable y éticamente inmoral," sentencia la jueza. A este hecho se suma que Martina Patti montó una escena para hacer ver que se trataba de un secuestro, hecho que es un indicativo de instinto criminal y un alto grado de peligrosidad. De hecho, la jueza describe a la detenida como una persona "lúcida y calculadora" y que, en caso de no ser detenida, podría escaparse.

Asesinó a su hija al salir de la escuela

Lo que tendría que haber sido un día normal se convirtió en el peor día en la vida de la menor. La madre, después de estudiar durante largas horas en la biblioteca de la Facultad de Enfermería, se dirigió a recoger a su hija a la escuela a las 13:00 horas. La trajo a casa y le dio de merendar un pudin de chocolate mientras miraba los dibujos animados en la televisión. De repente, todo cambió. Martina Patti puso a la pequeña en el coche y se llevó un cuchillo, una pala, una azada y cinco bolsas de basura. Poco después, paró el vehículo a unos 600 metros de su casa para hacer algo inimaginable.

Una vez cometido el crimen, la madre se puso manos a la obra para planificar el falso secuestro. Al llegar a casa se duchó, ya que iba toda tacada de sangre, y se cambió de ropa. Eran las 16: oo horas y decidió ir a la policía italiana, los carabinieris, para explicar que habían secuestrado a su hija de 5 años. Según declaró la madre, varios hombres armados y encapuchados habrían gritado que matarían a su hija. Los agentes se lo creyeron, ya que parecía un relato creíble.

Denuncias por violencia machista

Martina Patti aseguró ante los agentes que también era víctima de violencia machista. Ahora se han podido conocer los detalles de las riñas con su expareja. La mujer ha afirmado en el juicio que el padre colgó una fotografía con una chica y que la niña le había dicho que cuando estaba con él también estaba su nueva pareja, hecho que no le molesta, según dice. Sin embargo, el padre tiene una versión completamente contraria: "Hace unos días que Martina me dijo que Elena -la hija- estaba enfadada conmigo porque le había enseñado una fotografía mía con la pareja. Puede ser que me equivocara, pero también le enseñé una imagen de su madre con su pareja de entonces". El hombre también ha asegurado a la jueza que la mujer continúa sentido alguna cosa por él.

La confesión de la madre ayudó a encontrar el cuerpo

La noticia del hallazgo de Elena Del Pozzo fue gracias a la confesión de su propia asesina. El fiscal de Catania, Carmelo Zuccaro, ha explicado a los medios de comunicación que el cadáver de la menor fue encontrado en medio de un campo abandonado, a 200 metros de la casa de la madre.