Todas las personas cometemos locuras por amor, especialmente para llamar la atención de la persona que nos gusta, y a menudo no somos conscientes de las consecuencias que nuestros actos pueden tener. Esto mismo es lo que le ha sucedido a una joven alicantina, quien, con el objetivo de que su amor platónico le hiciera caso, fingió un secuestro con el que tuvo en vilo a todas las dotaciones policiales de la ciudad y al mismo chico. Finalmente, los agentes destaparon la farsa, y ahora la chica está detenida por desórdenes públicos.
La joven movilizó a todas las dotaciones policiales de Alicante
La joven, deseosa de captar la atención de su amor platónico, inventó una farsa digna de película de acción, en la cual dos hombres la habían amenazado y la mantenían retenida en contra de su voluntad, y para liberarse únicamente podía recorrer a la ayuda del chico que le gusta. Así pues, empezó a mandar varios mensajes al muchacho en cuestión, explicándole que dos hombres armados con un cuchillo se la habían llevado a la fuerza. El chico, que en ese momento se encontraba paseando por el muelle de la ciudad, se puso muy nervioso, y al encontrarse con una patrulla de la Policía Nacional circulando por la misma calle les comunicó la situación de la que supuestamente era víctima su amiga. Los agentes de la policía, tras leer los mensajes y hacer unas primeras comprobaciones, como la autenticidad de los mensajes y su autoría, activó un dispositivo especial de búsqueda.
El relato de la chica era verosímil
Las circunstancias que rodeaban el supuesto secuestro y los mensajes que la chica mandaba, sumados a la inmediatez que un suceso de este tipo requiere, no hacían pensar que se tratara de una farsa, sino de que era un hecho real sobre el que debía actuarse con la mayor rapidez. La joven explicaba mediante mensajes al chico que, primeramente, se encontraba retenida en un hotel, y que los secuestradores requerían verle; el chico, pero, optó por avisar a la Policía. Pasado un rato, la chica volvió a contactar al joven relatando que la habían trasladado a un domicilio y que la habían encerrado en una habitación, pero que había conseguido recuperar su teléfono móvil y por eso podía pedirle ayuda al joven. En todo momento, la chica repetía que su vida corría peligro y que tenía mucho miedo; además, también afirmó que uno de los supuestos autores del secuestro era un chico con el que ya había tenido problemas por una denuncia previa. Todo era mentira.
Prácticamente todas las dotaciones policiales que se encontraban disponibles en la ciudad se desplazaron hasta el barrio donde supuestamente se encontraba la joven retenida, ya que, según había contado, tenía una ventana y había identificado la zona. La joven llegó a afirmar que podía hacer señas por la ventana, y que de este modo la verían.
El momento de la verdad: ni hotel ni domicilio extraño
Agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Comisaría Provincial de Alicante, paralelamente, consiguieron localizar el domicilio habitual de la presunta secuestrada y se personaron en el inmueble. Ahí, los agentes encontraron a la chica en su habitación. Con una actitud tranquila, la joven afirmó que sus secuestradores ya la habían liberado y que ella sola había regresado a su casa. Los agentes entonces detuvieron a la joven, a quien acusan de un delito de desórdenes públicos. Simular una situación de peligro que suponga, y provoque, la movilización de los servicios policiales, u otras actuaciones procesales, supone una multa de entre seis y doce meses. La chica, mientras era detenida, alegó que inventó toda la mentira con el propósito de llamar la atención del chico que le gusta.