Momento de pánico y tensión los que el pasado 16 de marzo se vivieron en la carretera N-II, a su paso por las comarcas de Lleida. Un conductor kamikaze estuvo a punto de provocar varios accidentes conduciendo de manera temeraria y obligando al resto de usuarios de la vía a apartarse de su camino para no acabar chocando. Algunos de estos conductores alertaron de los hechos a los servicios de emergencias y una patrulla de agentes de los Mossos d'Esquadra se desplazó hasta el lugar y lo empezó a buscar con la descripción que le habían dado. Finalmente, consiguieron localizar y parar el vehículo infractor antes de que se acabara produciendo una tragedia cuando estaba circulando por una calle de Fondarella, en el Pla d'Urgell.
Los agentes de la policía catalana identificaron el conductor del vehículo, que presentaba signos evidentes de estar bajo los efectos de las bebidas alcohólicas, igual que la persona que iba con él en el coche. El hombre, sin embargo, se negó a someterse a la correspondiente prueba de alcoholemia. Además, al comprobar sus datos, descubrieron que tenía el permiso de conducir retirado judicialmente y que no disponía de puntos. Por este motivo, se le denunció por un delito contra la seguridad del tráfico y fue citado para un juicio rápido.
Un coche detrás de él lo había grabado todo en vídeo
Al cabo de unos días, sin embargo, cuando el conductor se pensaba que todo quedaría en una denuncia, la salida a la luz de un vídeo del momento lo cambió todo. Fueron los ocupantes de un coche que iba detrás de él los que lo grabaron todo con su móvil. En las imágenes se ve como el vehículo circula por el carril contrario de la N-II en tramos sin visibilidad entre los municipios de Bell-lloc y Fondarella. Durante esta conducción temeraria, se llega a cruzar con tres turismos y una motocicleta, los cuales hicieron maniobras para evitar el choque frontal. Con esta prueba de una conducción "temeraria, visible y concreta", los Mossos detuvieron al conductor, de 41 años, que pasará a disposición judicial en Lleida.