Controlar el territorio es clave. Hace días que el rumor de fondo lo anunciaba y ayer ya saltó todo por los aires. La guerra por el control del barrio de Sant Josep Obrer de Reus, en la capital del Baix Camp, ha encendido todas las alarmas en los Mossos d'Esquadra después de un incidente registrado ayer que acabó, en medio de la calle, con una batalla campal, tal como se puede ver en este vídeo al cual ha tenido acceso ElCaso.com.

 

La guerra abierta entre una parte del colectivo marroquí que habita en el barrio y un grupo de familias de etnia gitana estalló después de la llamada al 112 por parte de una persona que aseguraba que, fuera de horario, había una tienda abierta. Cuando la patrulla llegó al lugar descubrió que lo que realmente había en esta supuesta tienda era una plantación de marihuana controlada por un clan gitano y fueron sus contrincantes en el barrio, con el trasfondo del tráfico de drogas, los que sirvieron en bandeja de plata la plantación a la policía.

Este hecho desencadenó con un enfrentamiento, que tal como se ve en el vídeo que acompaña esta noticia, acabó con carrerillas por las calles del barrio, golpes en los coches y también tiros. Los Mossos d'Esquadra no han encontrado, en la zona del incidente, vainas y sospechan que las detonaciones que se pueden sentir en el vídeo se hicieron con armas de fogueo; tampoco consta ninguna persona herida.

Refuerzo de la presencia policial en la zona

Con el fin de evitar réplicas e intentar recuperar la calma, la policía desplegó en la zona efectivos de orden público del ARRO del Camp de Tarragona, además de reforzar la presencia de agentes de las Unidades de Seguridad Ciudadana (USC) de la comisaría de Reus y de la Guardia Urbana de la ciudad. El enfrentamiento no está resuelto. Esta y las noches que vienen se mantendrá el incremento de vigilancia en la zona para intentar controlar esta guerra abierta entre los dos colectivos por el control del barrio.

El control del barrio de Sant Josep Obrer

El barrio de Sant Josep Obrer, en la zona este de la ciudad, es una zona de casas bajas muy problemática, con presencia habitual de personas que se dedican, entre otras cosas, al tráfico de drogas. Ha sido habitualmente un lugar de la capital de Baix Camp controlado por dos clanes familiares de etnia gitana, pero los últimos meses, y se ha visto con un incremento de enfrentamientos directos, un grupo organizado de personas de nacionalidad marroquí tiene atemorizados a sus rivales. Este barrio, que está situado delante del Hospital Sant Joan, también es lugar recurrente de batidas policiales para desmantelar plantaciones de marihuana y puntos de luz pinchada de manera irregular.