Los crímenes, en la América Latina, se viven diferente. El último caso, vivido en nuestra casa, sin embargo, parece demostrarlo, importando este tipo de crímenes que al otro lado del Atlántico parecen tener menos valor que aquí. Este fin de semana un hombre de 35 años, de nacionalidad hondureña, aparecía muerto a cuchilladas en su casa, en unos bajos de la calle de Núria, en el centro de Premià de Mar (Barcelona). Nada hacía pensar en los Mossos que se trataba de un robo. La casa estaba intacta y no se había forzado la puerta del piso. La investigación arrancó sabiendo que la persona que había clavado las cuchilladas tenía que ser conocida de la víctima.

Domingo por la tarde, un hombre, más joven, también de la misma nacionalidad, y tal como avanzó ElCaso.com, se presentó en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Mataró y se entregó, asegurando ser el autor de las cuchilladas mortales que habían acabado con la vida de Nelson C. Quedó detenido a la espera de poder aclarar qué relación tenía con el crimen y si realmente había sido él o no. Las pruebas que los Mossos han podido recoger parecen demostrar que sí, más allá de su declaración.

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Imagen del hombre asesinado en Premià de Mar, Nelson C. / Cedida

El asesino, Bryan A., se hizo una foto selfi con el cadáver de Nelson C. de fondo, tumbado en el suelo, ya sin vida. El presunto asesino, o asesino confeso, levantando el dedo pulgar, y manchado de sangre en la cara y en la mano. Según detallan varios medios hondureños, Bryan A., conocido por haber sido en la prisión y para hacer poco tiempo que había llegado a Catalunya, escapó, pero convencido por su familia se entregó a la policía domingo por la tarde.

Asesinado por su compañero de piso

Qué motivó la pelea, de momento, todavía no se ha podido aclarar. Cuando Bryan llegó a Barcelona fue acogido en su casa por Nelson, con quien ya se conocían de haber compartido aventuras en Honduras. Durante quince días vivieron juntos, hasta este viernes de madrugada, cuándo lo mató a cuchilladas y se hizo una foto con él, que envió por WhatsApp a un amigo suyo pocos minutos después del crimen.

La policía investiga si llegó a España con la intención de matarlo, por alguna cosa pendiente en su país natal, o fue alguna cosa que se torció durante su estancia aquí que desencadenó la agresión mortal.