A las ocho de la mañana de este lunes, 7 de julio, ya han empezado las fiestas de San Fermín, en Pamplona-Iruña, Navarra, con el primer encierro con seis toros de la ganadería de Fuente Ymbro. Se trata de unos toros —asegura la historia— que en los últimos años han dejado varios heridos por asta.
Los toros que han corrido desde el corral de Santo Domingo hasta la plaza de toros de Pamplona, en el centro de la ciudad, han sido «Zalagarda», con un peso de 610 kilos, el más pesado; «Orgulloso», de 590 kilos; «Primoroso», también de 590 kilos; «Previsor», con 585 kilos; «Sacacuartos», con los mismos 585 kilos, y «Tramposo», de 560 kilos, el menos pesado.
Los 875 metros del recorrido de este primer encierro de San Fermín 2025 se han cubierto en 2 minutos y 37 segundos, más lento que el año pasado, cuando los animales de la misma ganadería lo completaron en 2 minutos y 18 segundos. La manada ha corrido junta hasta la mitad del recorrido, donde se ha dividido en dos, generando momentos de peligro. Durante la carrera también se han vivido momentos muy peligrosos, sobre todo por las actitudes temerarias de algunos corredores, que han intentado tocar a los animales, lo que podría haber provocado que retrocedieran. Durante el encierro también se ha visto a personas corriendo con el móvil en la mano, hecho que está prohibido y que ahora, con las imágenes, la policía municipal y la policía foral perseguirán para sancionarlo con multas importantes. Según el primer informe médico, el encierro ha dejado cuatro heridos por contusiones, pero ninguno por asta de toro.
Siete días de fiesta en Pamplona
El txupinazo de ayer en la plaza del Ayuntamiento de Pamplona dio el pistoletazo de salida a una semana de fiesta mayor en la capital de Navarra, que se tiñe de blanco y de rojo. El encierro de cada mañana abre el día, y por la tarde, desde las cinco, la fiesta se traslada a la plaza de toros, donde se matan los seis toros que han corrido por la mañana, en una mezcla entre aficionados a la tauromaquia y las peñas de jóvenes de Pamplona, que aprovechan la corrida para beber, bailar e incluso abuchear a los toreros.