Desde ElCaso.com, siempre advertimos de los peligros de las estafas digitales, y recordamos la importancia de vigilar a qué webs entramos, qué mensajes contestamos o a qué enlaces hacemos clic. Si nos lo tomamos con calma y revisamos siempre la URL, comprobamos la información y nos aseguramos de que la persona que nos contacta sea quien dice ser, podremos evitar la gran mayoría de las estafas, pero hay otras que dan todavía más miedo porque ni siquiera necesitan que cojamos ninguna llamada o hagamos clic en ningún enlace, sino que nos pueden infectar el teléfono sin que nosotros hagamos nada. Muchas de las personas que sufren este tipo de infección ni siquiera lo saben, y continúan como si nada. Además, este tipo de ataques son muy difíciles de evitar, por lo tanto, debemos estar bien atentos a cualquier cosa sospechosa que le pase a nuestro teléfono

Esta forma de infectar nuestros teléfonos se realiza a través de unos dispositivos llamados IMSI catchers, también conocidos como stingrays (o manta raya en español) que funcionan como falsas torres de telefonía, y engañan a nuestros móviles para que se conecten a ellas, creyendo que así tendrán señal y acceso a internet. Una vez nos hayamos conectado, su propietario podrá intervenir nuestro teléfono, lo que le permitirá interceptar nuestras llamadas, mensajes de texto, tener nuestra ubicación en directo y, en algunos casos, acceder a parte del contenido que tengamos guardado en el teléfono, como contactos o fotografías de la galería.

Un problema difícil de evitar

Por desgracia, no hay una forma 100% funcional de evitar este engaño, pero hay varias formas de reducir el riesgo. En primer lugar, debemos desactivar la opción predeterminada del teléfono que hace que se conecte a redes wifi desconocidas de forma automática. Por otro lado, se pueden utilizar aplicaciones de seguridad que detectan cuándo nos infectan el teléfono, pero a veces no son del todo efectivas.