Novedades del asesinato de Déborah Fernández, la joven de 22 años que murió en extrañas circunstancias en Vigo (Pontevedra): han encontrado su móvil, que hacía 20 años que había desaparecido misteriosamente al inicio de la investigación. Lo han encontrado en una comisaría de Madrid, pero le falta la tarjeta SIM, que es clave para saber quién la mató.
El móvil de Déborah Fernández-Cervera desapareció hace 20 años, en los inicios de la investigación. El teléfono era un elemento clave para saber qué hizo el día de la desaparición y cuando la asesinaron. La semana pasada, fruto de las obras en la comisaría central de Canillas, han encontrado el móvil y otros archivos del caso, pero le falta la tarjeta SIM.
"Aprovechando el final de las obras y el retorno a la ubicación original, se ha iniciado un proceso de digitalización de la documentación existente de la sección, motivo por el que se está revisando todo lo que está archivado", explican los familiares de Déborah Fernández, que han aprovechado la ocasión para mostrar su rechazo hacia el juez del caso y los investigadores, a los que acusa de haber actuado de manera negligente.
Desaparición y asesinato de Déborah Fernández en Vigo
Déborah Fernández tenía 22 años cuando, la primavera del 2002, fue asesinada. Desapareció y, al cabo de pocos días, encontraron su cadáver en una cuneta de una carretera a O Rosal, a más de 40 kilómetros de donde desapareció sin dejar rastro. Estaba desnuda y tapada con hojas: la persona que la mató creó un falso escenario para hacer creer a la policía que la habían violado. Incluso le puso un preservativo con semen de otra persona en la vagina para hacerlo más creíble, pero descubrieron que era todo mentira.
Pablo, el principal sospechoso del crimen, es su expareja
La Policía Nacional abrió una investigación que, desde el principio, ha sido plagada de errores que han entorpecido enormemente todo el proceso. El principal sospechoso del crimen es Pablo, su expareja que, a pesar de los indicios y contradicciones en su testimonio, ni lo imputaron ni lo investigaron.
Eso no pasó hasta hace unos meses, casi 20 años antes del crimen. En el informe policial, los investigadores explican que "tienen la convicción de que está implicado tanto en la desaparición como en la muerte de Déborah". El hombre pasó a disposición judicial como presunto autor de los hechos, ya que tenía muchas contradicciones muy complicadas de justificar y, de momento, la investigación continúa abierta para aclarar los hechos.