El caso del chico de 29 años con discapacidad intelectual de Figueres (Girona) lleva dos años sin resolverse. El joven salió el 13 de diciembre de 2020 de casa y nunca volvió. Los padres denunciaron cuatro días más tarde delante de los Mossos d'Esquadra la desaparición y explicaron a los agentes de lo que conocía el valor del dinero, no llevaba documentación y su teléfono móvil estaba apagado o fuera de cobertura. La policía inició una investigación y el progenitor volvió a comisaría días después para explicarles que un conocido lo había visto en un bar próximo a la estación de autobuses.

Uno de los jóvenes con los que estaba el desaparecido era de nacionalidad argelina y dos personas más le insistieron en que se sentara en comer con ellos, diciéndole que tenían mucho dinero y que lo invitarían, según ha adelantado La Razón. Por lo que parece, todos tenían intención de irse a Francia. Esta fue la última vez que lo vieron con vida. Pero, con esto, los Mossos d'Esquadra pasaron al caso al juzgado de primera instancia número 4 de Figueres. Pero cuando los agentes inició la investigación para intervenir el teléfono del joven e intentar encontrarlo, el magistrado correspondiente archivó el caso, el 13 de enero de 2021, alegando que "no consta debidamente justificada la perpetración de delito".

Encuentran el cadáver flotando en el mar

Con el caso cerrado y sin posibilidad de continuar con las investigaciones, todo apuntaba a una desaparición voluntaria. Pero, entonces, la Guardia Civil de Girona localizó el cadáver del chico de 29 años flotando en el mar muy cerca de Portbou, sin ningún tipo de identificación. Lo encontraron el 29 de diciembre de 2020, poco después de que los padres presentaran la denuncia ante la policía catalana. Después de identificarlo pudieron comprobar que no tenía signos de violencia, aunque el informe del Instituto Nacional de Toxicología reveló la presencia de alcohol etílico, alpazolam y gabapentina, según ha apuntado el medio citado.

En esta ocasión, a pesar de tener el cadáver, el juez también decidió archivar el caso. La familia continuó su lucha asegurando que fue encontrado muerto en circunstancias desconocidas. Los padres elevaron el caso hasta el Audiencia Provincial de Girona, pero la respuesta fue la misma: cerraron el caso. Ahora han necesitado llegar al Tribunal Constitucional para que la Fiscalía les dé la razón, después de que les admitieran a trámite el caso.

El Tribunal Constitucional admite a trámite el caso

El informe de la Fiscalía habla de una "insuficiente actividad investigadora e incluso pasividad o desinterés de los poderes públicos" por el caso, según ha adelantado La Razón. Además, expone una "injustificada tardanza para trasladar a los familiares la información que se había encontrado el cadáver de su hijo", cosa que violaría todos los estatutos de las víctimas. Con todo esto, los padres del chico de 29 años con discapacidad intelectual desaparecido y encontrado muerto flotando en Portbou, esperan que por fin se pueda resolver el caso y el posible crimen de su hijo que ha quedado dos años en un cajón.