Desde el jueves que la prisión de Quatre Camins, en la Roca del Vallès (Barcelona), vive con inquietud. Según ha podido saber ElCaso.com, en el servicio de cocina del jueves, 25 de abril, a la hora de hacer el recuento antes que los carros con la comida saliera de la cocina, detectaron que faltaba un cuchillo. Se trata de lo que se conoce como puntilla, un cuchillo pequeño para pelar. Se retrasó la salida de la comida y los funcionarios registraron a todos los presos que trabajan en la cocina de la prisión de Quatre Camins, pero el cuchillo no salió. Se pudo servir la comida, pero el cuchillo todavía no ha aparecido, tal como han confirmado fuentes del departamento de Justicia este sábado por la mañana.

Los internos que trabajan en la cocina de las prisiones tienen acceso a material peligroso, como cuchillos, durante el servicio, siempre de manera controlada por los funcionarios, que registran quién coge qué, y que, evidentemente, lo tienen que devolver antes de salir de la cocina para volver al módulo. Todo queda registrado y al final del servicio todas las herramientas tienen que quedar colgadas en el panel de madera que hay en el despacho del funcionario que controla la cocina. El jueves eso no pasó. Todos los internos fueron registrados, pero el cuchillo no apareció.

Se busca el cuchillo de la cocina de Quatre Camins

El viernes durante todo el día se siguió haciendo búsqueda para poder localizarlo, incluso, desmontando una máquina compostadora por si el cuchillo podía haber caído allí. Mientras no aparezca, sin embargo, el ambiente es de inquietud en la prisión de Quatre Camins. Aunque los internos fueron registrados antes de salir de la cocina, nadie tiene la seguridad, ahora mismo, de que el cuchillo, que fácilmente se puede convertir en un arma blanca, ya pueda estar en algún módulo y que pueda aparecer en algunos de los patios en alguna pelea, de las habituales en las prisiones catalanas.

Fuentes penitenciarias aseguran que la situación, en Quatre Camins, es tensa. Al mismo tiempo, también se ha abierto una investigación para aclarar qué puede haber pasado y si el protocolo de registro de las herramientas pudo fallar. Los funcionarios alertan de que la situación de normalidad que desde Justicia se quiere vender, después del pacto con una parte de los sindicatos, no es real, y que la situación de descontrol continúa en las prisiones de Catalunya. Desde Justicia, en cambio, celebran el acuerdo y aseguran que si bien estaba previsto cerrarlo con seis meses, han conseguido acuerdos con los sindicatos antes, y también, aseguran, que son la conselleria de Justicia que más recursos ha invertido en las cárceles del país. El rumor de fondo, sin embargo, sigue. Trabajadores, alejados de los sindicatos, se mantienen en pie de guerra y siguen pidiendo la dimisión de la consellera Gemma Ubasart y de uno de sus hombres de confianza, Amand Calderó, el secretario general de Medidas Penales.

El acuerdo: cuchillos de cocina bien atados

Entre otros puntos, el acuerdo entre Justicia y algunos de los sindicatos de los trabajadores de las prisiones de Catalunya pasan por atar los cuchillos de cocina para evitar casos como el asesinato de Núria, en Mas d'Enric, y que, también habría evitado la "pérdida" de este cuchillo de la cocina de Quatre Camins que ha hecho activar todas las alarmas. Ya lo cantaba Mesclat, "només ganivets de cuina i a la taula ben lligats".