Intimidación, violencia y mentiras para robar a personas de avanzada edad en Catalunya. Los Mossos d'Esquadra, a través de la Unidad de Investigación de la comisaría de Sants-Montjuïc de Barcelona, han desarticulado un grupo criminal que se hacía pasar por falsos revisores de gas para sustraer dinero y objetos de valor a octogenarios, principalmente. La investigación, de hecho, así lo ha demostrado, dado que seleccionaban a las víctimas vulnerables, de más de 80 años, y que vivieran solas para dirigirse a su domicilio previa llamada telefónica con el pretexto generalmente de una revisión del gas. Una vez allí, utilizaban varios métodos para desvalijarlos.

 

Una vez dentro del piso, donde actuaban siempre en pareja, hombre y mujer, uno distraía a la víctima y el otro entraba en las estancias del piso en busca de dinero en efectivo, joyas o libretas de ahorro, así como tarjetas bancarias. Los Mossos d'Esquadra han detenido a ocho personas que actuaban en grupo, principalmente en la ciudad de Barcelona: cuatro hombres y cuatro mujeres. Los ocho han pasado a disposición judicial y el magistrado correspondiente los ha dejado en libertad con cargos. Se les relaciona con los delitos de pertenencia a grupo criminal, hurto, robo violento y estafa. Pero, ¿cómo desvalijaban a personas de edad avanzada en la capital catalana?

Así accedían a los pisos: intimidación y violencia para llevarse más de 50.000 euros

Primero tenían que acceder al inmueble donde previamente habían identificado a la víctima: normalmente de más de 80 años y que posiblemente viviera sola. Así, la segunda cosa que tenían que hacer es obtener los datos personales de personas de edad avanzada, información necesaria para tejer el engaño. Empezaban la jornada delincuencial con una reunión en un lugar próximo a las viviendas donde tenían pensado acudir. Entonces hacían las llamadas a la víctima para concertar una cita en unos minutos para hacer la revisión y se repartían en equipos de dos, siempre hombre y mujer e iniciaban la ruta por varios inmuebles.

Una vez accedían al piso uno de los ladrones entretenía a la víctima con el pretexto de la revisión mientras el otro accedía a las estancias, especialmente en los dormitorios en busca de dinero en efectivo, joyas y tarjetas de crédito o libretas de ahorros. No dudaban a intimidar a las víctimas para obtener el PIN de la tarjeta o libreta y de usar la violencia si no se lo proporcionaban. Aparte de lo que se pudieran llevar del piso cuando se apropiaban de tarjetas o libretas con que posteriormente hacían operaciones bancarias fraudulentas para vaciarles las cuentas. Cerraban el circuito delincuencial con la venta de joyas.

Los agentes de la policía catalana han podido acreditar catorce delitos de la banda entre en diciembre de 2021 y en mayo de 2023: seis robos violentos, siete hurtos y un robo en grado de tentativa. En global, se apropiaron de joyas y dinero, tanto en metálico como obtenidos con la tarjeta o libreta, por un valor total de 51.733 euros.