La Fiscalía de Tirana, en Albania, ha preguntado a la embajada española del país que intervenga para conseguir respuestas a las continuas peticiones sin contestación en qué reclaman el corazón de un ciudadano albanés, Saimir Sula, que murió en el Hospital del Mar de Barcelona en el año 2020. En su momento, el cadáver fue repatriado en su país de origen para hacerle una segunda autopsia, pero le faltaba este órgano. Las autoridades albanesas lo están investigando como un delito de tráfico de órganos y creen que lo podrían haber vendido. Para poder descartarlo, creen que es "indispensable y legítimo" que se puedan hacer pruebas de ADN al corazón, que está depositado en Barcelona después de extraerlo en la autopsia, para comprobar que es el suyo. A pesar de las constantes reclamaciones que hacen para tenerlo, no reciben ninguna respuesta y todavía les hace levantar más sospechas.

Murió mientras lo reducían unos vigilantes de seguridad

Saimir Sula fue al Hospital del Mar de Barcelona el 8 de mayo de 2020 porque tenía fiebre y sospechaba que podrá tener la covid, pero las pruebas dieron negativas. Se mostró muy alterado, según los médicos, porque sufría esquizofrenia, y los sanitarios le tuvieron que dar unos tranquilizantes para calmarlo, quedando ingresado con contenciones mecánicas hasta el día siguiente. Según el informe forense, ante el ataque de agitación, el hombre tuvo que ser reducido por ocho vigilantes de seguridad y se le inyectó un antipsicótico. Posteriormente, tuvo una parada cardiorrespiratoria y murió.

La autopsia determinó que el paro cardiaco que le había provocado la muerte se había producido porque tenía una arteria obstruida, bronquitis, fiebre y estaba muy agitado cuando lo redujeron. El informe también descartaba que hubiera podido morir por los golpes que le dieron los vigilantes de seguridad. La familia de la víctima decidió denunciar la muerte a los juzgados de Barcelona por un homicidio imprudente. Además, ante las sospechas, enviaron el cadáver a su país de origen para que le hicieran una segunda autopsia. No obstante, cuando llegó a Albania se descubrió que no tenía el corazón y, ante la ausencia de signos de violencia, no se podía determinar las causas de la muerte.

El juez dice que murió por causas naturales y se niega a enviar el corazón a Albania

La causa abierta a los juzgados de Barcelona se ha archivado en dos ocasiones al considerar al juez que ya se han practicado todas las pruebas necesarias y que se ha confirmado que la muerte del Saimir Sula fue por causas naturales. Para hacer esta afirmación, se basa en los informes forenses, que apuntan que la actuación médica fue correcta, y en la autopsia, que dice que era necesario extraerle el corazón para analizarlo.

En el auto de sobreseimiento, el juez descartó que se tuviera que enviar el corazón a Albania para hacerle una prueba de ADN, consideró probado que el órgano guardado en Barcelona era el suyo y afirmó que se le daría un destino una vez el archivo del caso fuera firme. La familia ha presentado un recurso a la Audiencia de Barcelona para intentar reabrir el caso. Reclaman las grabaciones de las cámaras de seguridad para ver si la actuación de los vigilantes de seguridad fue correcta, que se interrogue a los trabajadores del hospital y una prueba de ADN para demostrar que el corazón es el de Sula.

De hecho, la familia del ciudadano albanés sospecha que si le hicieran la prueba de ADN no sería el suyo, ya que el informe forense dice que se empezó a analizar el 22 de abril de 2020, cuando él murió el 9 de mayo de 2020, más de dos semanas después. No saben si lo vendieron y hay tráfico de órganos detrás, pero piden la prueba de ADN para descartarlo. Además, critican que se enviara el cuerpo a Albania sin el corazón y no avisaran a la familia.