Ángel Bejarano ha denunciado penalmente y en redes sociales cómo la Guardia Civil redujo a su hijo, Carlos, de 37 años, hasta la muerte en Mairena de Lajarafe (Sevilla). La actuación policial se llevó a cabo por parte de dos agentes en las puertas de su casa el pasado 12 de septiembre. Por lo visto, el hombre se presentó en el domicilio muy alterado por lo que decidieron llamar a la benemérita, pero durante la brutal reducción de los policías, como se puede ver en el vídeo, sufrió una parada cardiorrespiratoria. La "desproporcionada" actuación de los guardias civiles, como lo ha definido el padre, provocó lo asfixia del joven y su posterior deceso.

Denuncia en redes sociales y a la justicia, después de ver morir a su hijo en las puertas de casa

"Pedimos ayuda a la Guardia Civil y lo que han hecho se matar a nuestro hijo", ha explicado Ángel a La Vanguardia. Según estas mismas declaraciones, Carlos tenía problemas con el consumo de drogas y a veces, como aquel mismo día, se mostraba agresivo. El padre ha relatado cómo sacaron las porras extensibles y "cargaron" contra él, hasta que quedó extendido en el suelo. Uno de los agentes lo reducía por los brazos y el otro lo cogía del cuello, lo que provocó la asfixia y su posterior muerte encefálica por falta de oxígeno. De hecho, este fue el estado en el que llegó a la uci del hospital San Juan de Dios de Bormujos (Sevilla), que fue trasladado después de que los policías, al darse cuenta de que no se movía ni respiraba, lo internaron reanimar. Sin éxito.

Ángel ha asegurado que le hicieron la reanimación con los brazos todavía en la espalda, una ayuda que "no sirve por nada". La ambulancia tardó al llegar y además tuvieron que esperar un segundo vehículo porque no estaba medicalizada. Una serie de infortunios que acabó derivando en una muerte cerebral en el centro sanitario al que fue trasladado y que, poco después, fue desconectado de las máquinas que lo mantenían con vida el pasado 19 de septiembre. Ahora, los padres, Ángel y Ana María, han interpuesto una denuncia ante el juzgado de instrucción en funciones de guardia número 2 de Sevilla, como testigos de los hechos.

El abogado de la familia, Luis Romero, formalizó el 28 de octubre la acusación de homicidio imprudente contra los dos agentes que aquel día arrinconaron y presuntamente asfixiaron a Carlos, según ha explicado el letrado a diferentes medios nacionales. El padre, además de presenciar la brutal y trágica reducción policial, la cual grabó con el teléfono móvil él mismo, lleva más de un mes esperando la autopsia de su hijo. Desde el juzgado le dicen que "no la tienen" y, después de abrirse una cuenta en redes sociales como última opción de denuncia pública se pregunta: "¿Qué me ocultan?". Ángel espera que con la difusión del vídeo y la causa abierta judicialmente estas imágenes no se vuelvan a repetir y ha pedido que "hagan limpieza a los cuerpos de seguridad". La Guardia Civil no se ha pronunciado al respecto, por el momento, al estar el caso judicializado.