Una terrible imprudencia ha tenido trágicas consecuencias para una familia de Florida (Estados Unidos de América). Una madre practicaba parapente en una de las islas del archipiélago de Cayos de Florida cuando el capitán de la embarcación, y responsable de los tres, ha cometido una imprudencia que ha puesto fin a la vida de la mujer, dejando a los dos pequeños heridos de gravedad y huérfanos. Las autoridades están investigando el suceso.
El fatal accidente sucedió hace escasos días a la playa de Pigeon Key, una pequeña isla del archipiélago de Cayos de Florida, situado en el estado de Florida (Estados Unidos de América). La madre, que tenía 33 años, contrató una excursión en barco y una actividad de parapente náutico, en lo que tenía que ser un día de deportes de aventura en familia que, finalmente, ha acabado en tragedia. El factor climático ha sido uno de los causantes del accidente, pero las autoridades investigan la actuación del responsable de la actividad porque sospechan que su respuesta ante el fuerte viento ha sido una imprudencia que podría haberse evitado.
El capitán del barco cortó la cuerda que les ataba a la embarcación
La embarcación y la actividad de parapente estaban dirigías por Daniel Couch, un hombre de 49 años con una larga trayectoria como capitán. Según apuntan los medios locales, una vez llegaron al barco a la localización deseada para llevar a cabo la actividad, al capitán ayudó a los tres a montar en el parapente y los aseguró allí. La actividad empezó sin incidencias; durante los primeros minutos todo iba sobre ruedas y la madre y los dos niños se divertían. No obstante, una fuerte ráfaga de viento atrapó y desestabilizó el parapente, poniendo en riesgo también la embarcación donde estaba ligado con la cuerda de seguridad. El parapente se llenó de aire y el capitán temía que el artefacto arrastrara el barco.
Couch, entonces, tomó la cuestionable decisión de cortar el cable que unía el parapente con el barco, a fin de que el parapente no arrastrara la embarcación ni le hiciera perder el control. Tal como apuntan los investigadores, Couch tenía la esperanza de que el viento aflojara y el parapente descendiera, para así poder atrapar a los tres tripulantes. Contrariamente a lo que esperaba, el parapente siguió volando, totalmente fuera de control y atrapado en la ráfaga de viento, sin que la mujer ni los niños pudieran hacer nada para reconducir la situación. Las tres personas fueron arrastradas durante tres kilómetros por el parapente hasta que chocaron fatalmente contra el puente del oeste de la isla, conocido como "7 Mile Bridge". La madre murió en el instante a causa del impacto; uno de sus hijos, de diez años, sufrió heridas leves, pero el otro niño, de nueve años, tuvo que ser evacuado al hospital herido de gravedad.
Los expertos en parapente cuestionan la decisión
Aunque el incidente está siendo investigado por las autoridades del estado de Florida, los expertos del mundo del parapente han hablado y opinado sobre la estrategia del capitán. El presidente del Parasail Safety Council, Mark McCulloh, ha explicado al medio local Miami Herald que el capitán Couch rompió la "regla de oro" del parapente: nunca cortar la cuerda. Tal como ha afirmado el experto, el capitán tendría que haber intentado llevar a cabo otras maniobras para combatir la ráfaga de viento, y que habrían desinflado poco a poco el parapente. "De hecho, yo mismo he experimentado y he cortado el cable con fuertes vientos durante mi larga trayectoria en esta industria, y he comprobado que no era una buena idea. Una vez has cortado el cable, pierdes el control total de la situación", ha declarado.
Los testigos que se encontraban cerca de la zona del accidente vieron con sus propios ojos cómo los tres tripulantes del parapente eran arrastrados sin ningún tipo de control por el agua, hasta que chocaron de forma fatal contra el puente de la isla. Aunque los servicios de emergencias ya habían sido avisados por los mismos testigos, e intentaban controlar la situación, no pudieron hacer nada para salvar la vida de la madre.