Uno de los principales problemas que tienen los bares y restaurantes son los "simpas". La gente come en el local o toma unas copas y se marcha sin pagar. Es muy habitual, sobre todo en terrazas y exteriores, donde se puede desaparecer sin ser visto por ningún trabajador. Normalmente, es muy difícil poder enganchar a alguien que se ha marchado debiendo la cuenta si no se dispone de grabaciones de seguridad, pero a veces el comercio tiene suerte... o el fugitivo comete un error. A veces, es el restaurante quien quiere cobrar de más.
Eso último es precisamente lo que ha pasado en València recientemente. Un grupo de diecisiete personas fue el sábado a comer al restaurante Mar de Amura, y después de una contundente comida que incluía entrecots, solomillos, calamares y sepias, entre otros platos, huyeron deprisa sin pagar la cuenta de 402 euros.
El restaurante, conmocionado
Después de que el grupo abandonara la mesa y la deuda, el restaurante compartió la situación a través de las redes, claramente dolidos. Recordaron que aunque se le diga "simpa" no deja de ser un robo, dejando en el aire la pregunta: "¿Haríais eso en una tienda? ¿En un taller? ¿En el médico?". En la misma publicación decían esperar todavía con el datáfono, dispuestos a perdonar el delito si se presentaban a pagar.
Insatisfecho después de la comida gratuita, uno de los implicados publicó una reseña en Google criticando el restaurante, diciendo que era el peor sitio donde había comido, con un local, un servicio y una comida pésimos. La respuesta del restaurante no se hizo esperar: Criticaron que los diecisiete se marcharan, uno a uno, sin pagar la cuenta, pero no se quedó allí. Desde el restaurante fueron contundentes, quejándose de que pidieran postres y, una vez servidos, dijeran que ya no los querían, o que uno de ellos dijera que no pagaría el entrecot porque no le gustó.
Desde el negocio recordaron al grupo que, al pasar de los 350 euros, no se trataba de hurto, sino de robo. Los avisaron que el local tiene cámaras de seguridad y que procederían a denunciarles si no volvían para pagar la deuda. Después de estos avisos, los responsables del "simpa" pagaron la cuenta a través de un Bizum.