Hay muchos tipos de estafas diferentes, algunas nos quieren hacer picar aprovechándose de nuestra curiosidad, otras nos amenazan con sanciones o problemas, otras nos ofrecen oportunidades maravillosas… Sea como sea, una de las tácticas preferidas de los ciberdelincuentes es hacerse pasar por otras personas o empresas y aprovecharse de su nombre para engañar a la gente. Desde este medio hemos explicado algunas, como la nevera de Coca-Cola, la de Mahou o el coche de Lidl. Ahora, quien sufre las consecuencias de un nuevo engaño es Mercadona, el supermercado con más ventas de todo el Estado español.

Es posible que hayamos recibido un mensaje diciéndonos que hemos ganado un sorteo aleatorio y podemos llevarnos gratuitamente un lote de productos del Mercadona valorado en 90 euros, pero, desafortunadamente, se trata de una estafa. Ni hemos ganado ningún sorteo ni Mercadona nos dará ningún producto gratis, sino que es todo una estrategia para quitarnos los datos y el dinero. Según el mensaje, nos podemos llevar todo tipo de productos de necesidad básica, como papel higiénico, detergente, suavizante… Productos que cualquier persona puede necesitar, lo que está específicamente diseñado para intentar captar a tantas víctimas como sea posible. Como muchos otros, este engaño nos ofrece todo eso a cambio de muy poco, porque, si bien el lote es gratuito, tenemos que pagar dos euros por los gastos del envío, ya que, según aseguran los estafadores, nos harán llegar el paquete a la puerta de casa. Aunque se tengan que pagar estos dos euros, sigue siendo un gran precio, pero al final nos saldrá más caro de lo que pensamos.

No compartir información personal

Si picamos, nos creemos el engaño y queremos reclamar nuestro premio, el mensaje nos indicará que cliquemos un enlace, que nos llevará a una web que simula ser la de Mercadona, pero si nos fijamos podremos ver rápidamente que no es la página oficial y que tiene faltas de ortografía y otros detalles que nos tendrían que hacer sospechar. La web nos hará llenar varios campos dando información personal, como el número de teléfono, la dirección y los datos de nuestra tarjeta. El problema es que, cuando introducimos estos datos, estamos dando acceso a los ladrones para que puedan utilizar la información para hacer compras con nuestra tarjeta, lo que nos puede llegar a costar mucho dinero y quebraderos de cabeza.