Una nueva oleada de mensajes fraudulentos está arruinando a miles de estadounidenses, estafándolos sin que se den cuenta de ello. La situación ha llegado a tal punto que el Buró Federal de Investigaciones, el FBI, ha tenido que emitir un comunicado advirtiendo a los ciudadanos para que no caigan en este engaño que los puede dejar sin dinero, con deudas e, incluso, víctimas de chantaje y fraude identitario. Los ladrones se aprovechan del sistema sanitario de Estados Unidos para engañar a sus habitantes, principalmente, a aquellos más viejos y que dominan menos de tecnología.
Esta estafa, que está triunfando a EE.UU. y que podría extenderse fácilmente por el resto del mundo, se basa en engañar a los clientes de aseguradoras sanitarias, cobrándolos pagos que no existen realmente y amenazándolos con perder el acceso al seguro si no pagan. A causa del sistema privatizado del ámbito de la salud de Estados Unidos, mucha gente vive con pánico, preocupados de no poder pagar y, por lo tanto, de no tener derecho a estar en el hospital o de tener que pagar el coste completo de una operación que puede llegar a los millones de dólares.
Los estafadores se hacen pasar por aseguradoras y, copiando perfectamente el estilo de redactado de las empresas profesionales, se inventan todo tipo de excusas para hacer que las pobres víctimas paguen auténticos dinerales por miedo a quedarse sin asistencia sanitaria cuando más lo necesiten. Los ladrones se hacen con los datos personales de aquellos con quienes contactan y después los vacían la cuenta bancaria, dejándolos realmente incapaces de pagar la aseguradora cuando esta realmente viene a cobrar.
El principal objetivo es las personas mayores
La gran mayoría de las víctimas son personas mayores, que no entienden muy bien cómo funciona la tecnología y tienen muchas dificultades para ver si un mensaje es real o si, en cambio, se trata de una falsificación. Los estafadores son plenamente conscientes de eso, y cuando encuentran a una persona especialmente vulnerable, utilizan todas sus técnicas para obtener tanta información personal como sea posible. A menudo ofrecen ofertas que son muy buenas, y la gente, por miedo a perder una gran oportunidad, acepta las condiciones y da los datos a los ciberdelincuentes.