Los estafadores pueden tener sus defectos, pero la falta de creatividad no es uno. Cada vez aparecen más engaños que consiguen robar más y más dinero a la gente, la mayoría de ellos se hacen a través de las redes sociales o de contenidos digitales, pero algunos ladrones son más tradicionales y todavía se aprovechan de elementos físicos. Últimamente, se ha popularizado la estafa del retrovisor roto, un engaño muy simple, pero que da resultados excelentes a los farsantes.

El engaño funciona muy bien porque no parece una estafa. El funcionamiento es el siguiente: llegas a tu coche y, cuando miras al retrovisor, ves que está roto. Afortunadamente —o eso te hacen pensar— la persona que lo ha roto ha dejado una nota pidiendo disculpas y ha anotado un número de teléfono para hacer los trámites y poder cobrar la reparación. Parece que, a pesar del problema que conlleva que te rompan un retrovisor, se podrá arreglar todo de forma fácil y rápida, pero en realidad la situación está a punto de empeorar.

Enlace fraudulento

Si llamamos al teléfono, nos enviarán un enlace que, según dicen los estafadores, es el de una aseguradora, pero en realidad eso es mentira y se trata de un engaño. El enlace fraudulento nos llevará a un portal que simula ser el de una aseguradora, y nos pedirá que introduzcamos nuestros datos para hacernos llegar el dinero. El problema es que si damos nuestra información, no nos pagarán la reparación, sino que utilizarán nuestros datos bancarios para dejarnos sin dinero y, en cuestión de según, vaciarnos la cuenta. Si nunca nos encontramos en un caso similar en que nos han estropeado el coche, tenemos que contactar inmediatamente con nuestra aseguradora —de la que sabemos a ciencia cierta que es un negocio legítimo— y dejar que se encarguen ellos de los trámites y de la gestión, el que nos ahorrará cualquier dolor de cabeza y de caer en una estafa.