Los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Sant Adrià de Besòs investigan otro incidente con armas de fuego en el barrio de la Mina, en la frontera con la ciudad de Barcelona. Los hechos, según ha podido saber ElCaso.com, se han registrado este fin de semana. El domingo, de madrugada, alrededor de la una, se recibió el aviso de que varias personas habían oído ráfagas de tiros y grupos de personas, todas de etnia gitana, corriendo. El incidente se inició en la calle de Mart, en pleno centro de este barrio que grupos criminales, la mayoría ahora vinculados al tráfico de droga, han convertido en su zona cero, pero las carreras de gente arriba y abajo, según apuntan algunos vecinos, movieron a la gente por toda esta zona del barrio. Los disparos se prolongaron varios minutos, mientras un grupo de personas perseguía a otro por causas que, por ahora, aún se desconocen.

Según fuentes oficiales consultadas por ElCaso.com, cuando las patrullas de los Mossos llegaron a la zona ya no se oían disparos y solo vieron movimiento de gente arriba y abajo. Tampoco constan personas heridas a causa de los tiros. Se pudieron recoger indicios de que el tiroteo sí se produjo. La policía catalana ha abierto una investigación para aclarar los hechos y saber exactamente qué pasó. Por la experiencia con incidentes similares, que se repiten y que muchas veces ya ni son noticia en este barrio de Sant Adrià, los investigadores de la policía catalana no confían demasiado en poder llegar a saber qué generó este incidente.

Los tiroteos entre clanes familiares, con unas correlaciones de fuerza y de poder en el barrio trastocadas por el negocio de la marihuana, que ha roto los equilibrios familiares que durante años se habían generado en el barrio de la Mina, son frecuentes y, muchas veces, sin ninguna denuncia cruzada y con una omertà por miedo a represalias, tanto de los implicados como de los vecinos honrados que quedan en el barrio, que están atemorizados.

Un barrio que nadie consigue pacificar

El pasado 7 de enero de 2025, justo antes de volver a la escuela después de las vacaciones de Navidad —como ahora, después de las vacaciones de verano—, se registró un tiroteo entre dos clanes que dejó a una mujer herida por una bala perdida. En aquella ocasión se dispararon más de 150 tiros, en la zona del calle del Mar con calle de Venus. En marzo los Mossos asaltaron el barrio e hicieron varios detenidos, pero la investigación se deshilachó al no poder encontrar las armas que, supuestamente, se usaron en aquel tiroteo, que obligó, incluso, a una visita de urgencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, y de la titular de Interior y Seguridad Pública, Núria Parlon, al barrio. El objetivo del Govern y del Ayuntamiento de Sant Adrià era “pacificar” el barrio con un refuerzo policial. De momento, sin éxito.

Los vecinos aseguran que, aunque no salgan en los medios, los incidentes son habituales y que siguen viviendo con miedo por el control que tienen los clanes —que funcionan como mafias— y que ganan mucho dinero con las ocupaciones y el cultivo y venta de marihuana y que camina hacia convertirse en una “no-gone zone” a tocar de la capital de Catalunya.