La implantación de los códigos QR, cada vez más presentes en nuestro día a día a raíz de la pandemia, permite también que los ciberdelincuentes lo aprovechen para hacer de las suyas. Son muchas las estafas que en los últimos meses se han detectado que utilizan esta tecnología como excusa para quedarse nuestros datos personales y bancarios o meternos un malware en nuestro teléfono. Desde falsas multas de aparcamiento a las cartas de bares y restaurantes, pasando también por el cartel en una farola que busca llamarnos la atención con una supuesta infidelidad. Ahora, los cuerpos policiales han alertado de la presencia de un nuevo fraude que usa un mecanismo similar, pero que esta vez utiliza los parquímetros para llegar a las víctimas.
Se extiende la estafa del parquímetro
Aunque ha sido ahora cuando se ha detectado un gran aumento en este tipo de estafas, dentro de un crecimiento general desorbitado de estas prácticas delictivas en nuestro país, en el extranjero está extendida desde hace tiempo. Los ciberestafadores aprovechan que en los últimos años los diferentes ayuntamientos buscan agilizar el pago de las zonas azules, verdes o naranjas para robar el dinero de las personas. Son muchos los consistorios que, con el fin de no perder tiempo o para no tener que ir cada dos por tres al parquímetro a poner monedas, permiten hacer el pago a través de una aplicación para los teléfonos móviles. Precisamente, es el anuncio de estas apps que hay al lado de los parquímetros las que utilizan los delincuentes.
Los carteles pegados a los lados de la máquina, animando a los ciudadanos a descargársela para hacerlo todo más ágil, acostumbran a tener un código QR que redirige automáticamente a la web para bajársela al móvil. No obstante, lo que hacen los ciberestafadores es enganchar otro código QR encima intentando que no se vea que no es el real. Este nuevo código redirige a otra web fraudulenta que no tiene nada que ver con el oficial y que, en caso de introducir los datos personales y bancarios, será sinónimo de facilitarlas a los delincuentes. Por eso, conviene revisar que no se trate de una pegatina y bajarse la aplicación desde lugares oficiales.