El juzgado de primera instancia número 2 de Sabadell (Vallès Occidental) ha decidido reabrir la investigación contra Santi Laiglesia, el sospechoso original de haber cometido el asesinato de Helena Jubany en el año 2001. El acuerdo viene motivado por el hecho de que las pruebas de ADN practicadas al actual investigado, Xavi Jiménez, no coinciden con las muestras encontradas en la ropa de la víctima. Laiglesia estuvo en el punto de mira de la Policía Nacional cuando empezaron las investigaciones, y ahora quieren analizar sus muestras biológicas en busca de coincidencias.

Principal sospechoso

Santiago Laiglesia era el propietario del piso donde se cometió el crimen, hecho que le consolidó como el principal sospechoso de haber matado a Helena Jubany el 2 de diciembre del 2001. La víctima, bibliotecaria de profesión y vecina de Mataró (Maresme), apareció muerta en un patio de luces. La investigación determinó que fue drogada antes de ser lanzada desde varios pisos.

En aquel momento, los agentes detuvieron y encarcelaron a Muntsa Careta, amiga de la joven y pareja de Laiglesia. La chica acabó quitándose la vida en la prisión de mujeres de Wad-Ras, pero la falta de pruebas dejó a Laiglesia en libertad, sospechoso de haber colaborado con Careta para cometer el asesinato. El caso quedó archivado el año 2005, pero fue reabierto en el 2020 después de que la familia aportara nuevas pistas y de la petición del Ministerio Fiscal para volver a investigar el crimen. Ahora, el juez ha acordado sacar muestras de ADN de la boca de Santi Laiglesia; la extracción está prevista que se haga lo más pronto posible, aunque los resultados no se obtendrán hasta pasados unos meses

El caso Helena Jubany

El cadáver de la joven bibliotecaria de 27 años fue encontrado en un patio interior después de dos días desaparecida. El cuerpo estaba completamente desnudo y cubierto de quemaduras, y era evidente que alguien lo había lanzado desde gran altura. La investigación quedó en manos de la Policía Nacional, quienes se centraron en Ana Echaguivel y Muntsa Careta, amigas de la víctima, así como en Santi Laiglesia, pareja de Careta. La inocencia de Echaguivel se acabó demostrando, pero Careta fue encarcelada, y se suicidó en la celda. 

Veinte años después del crimen, la Policía Nacional imputó a Xavi Jiménez, que formaba parte del entorno excursionista de la joven. La policía científicadescubrió que unas cartas anónimas que recibió Helena poco antes de morir y que iban acompañadas de una bebida con somníferos, habían sido escritas por él. Aunque ha quedado demostrado que los restos biológicos encontrados en la ropa de la víctima no son suyas, el acusado se mantiene en la causa. "Hay indicios suficientes de coincidencia documental para considerar su participación en la elaboración de los anónimos", ha detallado el juez en el auto.