Los incidentes entre bandas latinas en Madrid parecen no tener fin, a pesar de la puesta en marcha hace un año de un plan antibandas denominado 'Hispano'. Más de 500 agentes de la Policía Nacional patrullan las calles de los distritos de Arganzuela, Carabanchel, Centro, Latina, Usera y Villaverde, los barrios considerados como más conflictivos. Aún así, este año han sido cinco los muertos por altercados entre bandas, y los heridos superan el medio centenar. Lo más preocupante, sin embargo, es el creciente número de menores involucrados en estos incidentes.
Jaime, asesinato a machetazos con solo 15 años
El pasado 5 de febrero un grupo de seis menores mató a machetazos a Jaime, de 15 años, delante de una discoteca en plena calle de Atocha. Según las investigaciones policiales, los sospechosos habían cometido el crimen como parte de una prueba de acceso en la peligrosa banda Dominican Don't Play. Los DDP son los rivales más acérrimos de los Trinitarios, el grupo con el cual estaba vinculada la víctima. De hecho, los miembros de esta banda ya intentaron matar a Jaime meses antes, en diciembre del 2021, pero la Policía le pudo salvar la vida.
El principal sospechoso de este crimen era Alejandro Pérez, un adolescente que justo cumplió la mayoría de edad. Pero nunca lo pudieron juzgar: el verdugo se convirtió en víctima, y murió en manos de otro Trinitario, un niño de 14 años que vengó la muerte de su compañero a puñaladas.
William, disparado a bocajarro delante de su familia
La última víctima mortal de estos enfrentamientos ha sido William, muerto solo unos días después de cumplir 15 años. Miembro del mismo grupo que Jaime, los Trinitarios, recibió un tiro en la cabeza mientras se encontraba charlando con un amigo en el parque de delante de su casa. El padre y el abuelo de la víctima se encontraban a un par de metros de él cuando ocurrió el crimen, de nuevo obra de los Dominican Don't Play.
El presunto asesino huyó hacia el metro más próximo dejando a William muerto en el suelo y a su amigo, un chico de 21 años, en estado muy grave después de haberlo disparado tres veces en el pecho. Los testigos describieron al agresor como un chico encapuchado de aproximadamente 1'60 metros, lo cual hace pensar en otro menor de edad.
Los familiares aseguran que nunca habían causado problemas
A pesar de que todo apunta al hecho de que eran pandilleros de los Trinitarios, sus familias niegan esta asunción, y aseguran que ambos eran chicos "educados que no causaban problemas". A pesar de eso, varios jóvenes de los barrios donde vivían sí que los identifican como miembros de esta violenta banda. Según los datos policiales, actualmente el 40% de los miembros de estos grupos son menores, siente los más jóvenes solo de 12 años.