El 9 de noviembre de 2016 Cristina Ortiz, La Veneno, la icónica mujer transexual que se convirtió en abanderada LGTBI en los 90, moría trágicamente en el hospital de La Paz de Madrid tras tres días en coma. Tenía 52 años y su final aún no se ha resuelto.

La sospechosa muerte de Cristina Ortiz, La Veneno

Ya hace cinco años que la gran vedette perdió la vida, aunque su legado ha seguido presente a todos los niveles: la serie de Atresmedia, sus memorias y su papel en el movimiento LGTBI español parecen ser eternos.

Igualmente eterno parece el proceso judicial por cerrar las circunstancias de su muerte, que aún quedan sin resolver y que la familia ha recurrido y sigue recurriendo.

La investigación sí parece tener claro lo que pasó, pero hay demasiados cabos sueltos: en nueve días se decidía que todo había sido un accidente y que supuestamente se había caído saliendo de la bañera. Sin embargo, la familia no está convencida, ni mucho menos.

Un accidente doméstico con muchos cabos sueltos

"No vamos a parar hasta que se sepa la verdad", ha afirmado Trini Ortiz, hermana de La Veneno, a la periodista Tamara Morillo.

Y es que en febrero, tras años de idas y venidas judiciales, se archivaron las diligencias y se descartó la posibilidad de homicidio. "Recurrimos, y recurriremos. Las veces que haga falta. Iremos más alto. Iremos al de encima, y si dicen no, al de encima. Y si dicen no, al siguiente. Nosotros vamos a conseguir que se sepa como murió La Veneno".

La Veneno / Wikimedia

La Veneno / Wikimedia

Recapitulando y volviendo a la escena de los hechos aquella noche de 2016, todo empieza a las once. Una vecina llamaba a la policía para alertar de que había una mujer inconsciente en el suelo de su casa en el barrio madrileño de Tetuán.

Una bañera, un charco de sangre y signos de violencia

Era ella, Cristina Ortiz, La Veneno. Estaba tirada en el baño y en la bañera había un gran charco de sangre. A su lado estaba Alin Bogdan, su pareja desde hace casi tres años, y la mujer que había dado la voz de alarma.

Trasladada al hospital con un grave traumatismo craneoencefálico, fue operada de urgencia, pero le encontraron un fuerte edema cerebral y tuvo que ser inducida al coma, muriendo tres días después.

Por una parte, la versión oficial señalaba que la vedette habría mezclado presuntamente alcohol y otras sustancias aquel día -alcohol, somníferos y Orfidal-, que le habrían provocado el incidente mortal por el que cayó en el baño. El informe forense además detallaba que no había signos de defensa ni de violencia en el cuerpo.

Aquí entra el escepticismo de la familia que, al llegar al hospital, denunció que estaba llena de hematomas y golpes por las piernas, pies y cabeza, de lo que tienen incluso fotos. "Se le echaron las fotos porque estaba machacada", continúa la hermana en el reportaje citado.

Su pareja, Alin Bogdan, en la cárcel

Y con las sospechas, su entorno empieza a indagar por su cuenta. Su hermana se pasa por el piso de Tetuán donde murió, que no estaba precintado. 

"¿Por qué no precintaron la vivienda mientras estaba en el hospital? Había sangre en el domicilio que no analizaron", denuncia. Además, otro cabo suelto: "cuando fallece, nos dan la ropa. ¿Qué ropa? Piensen. ¿Qué ropa? Si dicen que se ha caído al salir de la bañera, ¿por qué nos dan un vaquero y una camisa? ¿Con un vaquero sales tú de la bañera?".

Empiezan a sospechar: "Las incongruencias incitan a pensar en la superficialidad con que se trataron las diligencias e incluso una posible influencia negativa por su condición sexual”.

Por otra parte, la pieza clave. Alin Bogdan, su novio, que ahora está en prisión por otros delitos.

Cuando se descubrió la tragedia, declaró que llegó al piso sobre las once y media de la noche y encontró a Cristina tendida en el suelo, con un fuerte golpe en la cabeza. Entonces, aseguró, llamó a una vecina y, cuando llegó esta, La Veneno se había desmayado.

Peleas y gritos continuos

Su versión entra en contradicción con las de los testigos que aseguraron que sobre las cuatro de la tarde se oyeron ruidos y gritos en la casa. Bogdan no pidió ayuda hasta casi medianoche.

Y estas peleas no eran algo raro, los insultos y golpes se oían con frecuencia. Otros hechos parecían incriminar a Alin que, según fuentes cercanas, bajó aquella noche con bolsas de basura llenas de ropa y toallas con sangre.

La familia denuncia que no le cogieron muestras de ADN, pese a que en la casa había restos de sangre que no eran de ella.

La Veneno, que entraba y salía de platós de televisión, siempre sin tapujos y con un desparpajo icónico, reaparecía tras un tiempo fuera del panorama mediático 37 días antes de su muerte. Lo hacía para presentar sus memorias, recogidas en el libro ¡Digo! Ni puta ni Santa.

Sus peligrosas memorias apuntan a una venganza

En él escribió sin miedo las iniciales de muchos famosos con los que aseguraba haber mantenido relaciones sexuales, entre ellos políticos, futbolistas y empresarios. "Me han amenazado con matarme", advertía en su presentación, cosa que tampoco descarta una venganza o ajuste de cuentas.

Por esclarecer todo esto luchan sus familiares, ante una fiscalía que no quiere reabrir la causa.

Ya pidieron reabrir el caso con informes basados en investigaciones privadas, que fueron descartados porque "no es suficiente. Dicen que las fotos, por ejemplo, no se tomaron de la forma correcta. Una mujer policía se prestó a ayudarnos, nos dijo que dónde tuviera que ir iría, porque ve negligencias policiales", asegura Trini a Morillo. Recurrieron, "pero las cosas de Palacio van despacio".

Altar a La Veneno en el Parque del Oeste / EP

Altar a La Veneno en el Parque del Oeste / EP

Mientras la batalla en los tribunales sigue, Cristina Ortiz, La Veneno, está enterrada en el Parque del Oeste, donde ejerció la prostitución durante años y donde hay un altar en homenaje a su trabajo y representación del colectivo LGTBI.

La placa conmemorativa fue además motivo de polémica en octubre del año pasado, cuando fue arrancada en un acto vandálico y varias personas la sustituyeron por placas caseras y fotos suyas en un altar improvisado.