Los Mossos d'Esquadra han acabado con uno de los entramados criminales más activos en el tráfico de marihuana en toda Cataluña, en una operación que ha movido un centenar de policías, entre la Divisió d'Investigació Criminal (DIC), el 'Àrea Regional de Recursos Operatius (ARRO) i l'Àrea de Brigada Mòbil (BRIMO). En total, la policía catalana ha detenido a catorce personas. Las últimas once, en la segunda fase de una investigación contra un grupo criminal iniciada a finales del año 2024 y que, el pasado mes de septiembre, ya permitió detener a tres personas en Tremp (Lleida), acusadas, supuestamente, de un delito contra la salud pública y un delito de pertenencia a grupo criminal.
En aquella primera fase, realizada el pasado 9 de septiembre, los investigadores obtuvieron documentación y pistas que les permitieron tirar del hilo y descubrir que las tres personas detenidas formaban parte de un grupo criminal formado por un número superior de personas. La organización tenía una estructura jerárquica y una distribución de funciones claras. Los Mossos, además, descubrieron que los integrantes estaban establecidos en domicilios, principalmente, de la zona del Alt Camp, donde también tenían plantaciones de marihuana interior.
Cenas, drogas y armas
El miércoles, 17 de diciembre, los Mossos d'Esquadra llevaron a cabo un dispositivo para neutralizar a la banda criminal y detener al resto de sus integrantes. En total se realizaron seis entradas domiciliarias, en las que participaron más de 100 policías de diferentes unidades del cuerpo. En el interior de las viviendas —situadas en Valls, Querol, el Pla de Santa Maria, Barberà de la Conca y Vilafranca del Penedès—, la policía intervino más de 10.000 euros en efectivo y numerosas armas, como dos pistolas de aire comprimido, navajas, puños americanos, una defensa eléctrica. Para mover la mercancía sin ser detectados, el grupo disponía de tecnología avanzada como balizas de seguimiento e inhibidores de frecuencia, herramientas propias de grupos criminales altamente especializados en el tráfico de drogas.
Además, también localizaron una gran cantidad de droga: 2.300 plantas de marihuana, repartidas en dos pisos dentro del mismo inmueble, según su tamaño y estado de floración, nueve kilogramos de cogollos a punto de vender, más de dos kilogramos de hachís y más de 100 gramos de cocaína. Los Mossos estiman que el precio en el mercado negro de las sustancias intervenidas asciende hasta los 80.000 euros. Además, la policía catalana cree que la defraudación eléctrica para mantener el cultivo de las diferentes viviendas asciende a más de 40.000 euros
Con todo, los Mossos detuvieron a once personas —diez hombres y una mujer— de entre 25 y 47 años como supuestos autores de los delitos contra la salud pública, pertenencia a grupo criminal y defraudación del fluido eléctrico. La policía, sin embargo, no ha comunicado la nacionalidad de los detenidos, que acumulan más de 40 antecedentes policiales y que ya han pasado a disposición judicial.
El origen: una mina de oro en Tremp
Con esta operación se cierra una investigación que se abrió a finales de 2024. Todo empezó en un bosque del Pallars Jussà, concretamente en el término municipal de Tremp, cuando los Mossos d'Esquadra tuvieron constancia de que, en medio de una zona deforestada, había una zona con signos evidentes de haberse utilizado como plantación de marihuana al aire libre. Las primeras gestiones permitieron a los agentes identificar a algunas personas que, al cabo de los meses, reactivaron la plantación en aquella zona.
En una primera fase, llevada a cabo el pasado 9 de septiembre, la policía catalana detuvo a tres hombres, de entre 27 y 43 años, que hacían de vigilantes y cuidadores de cultivo y que, según ha podido saber El Caso.com, hoy en día continúan en prisión.
