Las grandes corporaciones a veces mantienen en secreto algunos de los trucos más útiles para los clientes y se crean a su alrededor multitud de mitos que resultan ser mentira o no tan ciertos. Una de las mayores superficies de venta de ropa, el gigante irlandés Primark, es uno de los más difíciles de descifrar, ya que se diferencian por la cantidad desorbitada de productos que venden, sus bajísimos precios y algunos secretos que a lo largo de su historia han sido revelados por sus empleados.

Los empleados de Primark, al descubierto

Entre los mayores mitos que se han distribuido acerca de las macrotiendas, que cada vez se expanden en más ciudades españolas, está la creencia de que los trabajadores de la empresa tienen descuento en los productos de la tienda, algo normal en casi todas las multinacionales de ropa que se comercializan en nuestro país. Sorprendentemente, ser empleado en uno de sus locales no nos dará el privilegio de tener un descuento, aunque en navidades cuentan con una excepción, ofreciéndoles un 10%.

Primark / Europa Press

Primark no da descuentos a sus trabajadores / Europa Press

Otra de las creencias que han resultado ser falsas es que si encontramos defectos en una prenda, nos la regalarán. Sin embargo, esto no es cierto, solo podremos aspirar a un 10% de descuento si encontramos una tara en un artículo que queríamos comprar, algo bastante frecuente teniendo en cuenta la dinámica de sus tiendas, que suelen caracterizarse por estar revueltas y ser atacadas en masas por grupos en busca de tallas o colores en las montañas de ropa doblada.

Trucos, mitos y secretos que no quieren que sepas

El tercer secreto, una de las cosas poco conocidas por la población general, es el libro de personas non grata, al que solo tienen acceso los trabajadores de los establecimientos. En él se recogen las identidades de personas que han sido fichadas como problemáticas, con foto incluida, por lo que una broma de mal gusto podrá vetarnos de entrar a comprar, ya que los vigilantes de seguridad serán avisados por el personal y podrán echarnos del establecimiento.

Por otro lado, destacan los almacenes de Primark, enormes y gigantescos, a los que alguna vez habremos enviado a un dependiente pidiendo la talla o el color concreto de una prenda que queríamos. Pero es prácticamente imposible que salgan con una respuesta positiva, ya que las cajas van cerradas y no tienen un sistema para comprobar el stock disponible en su trastienda, además de necesitar la aprobación de un supervisor.

Por último, el truco más extendido de los trabajadores de Primark es la forma en la que compran dentro de las tiendas en las que trabajan durante su tiempo de descanso, que puede ser toda una odisea teniendo en cuenta el tamaño de los espacios. Normalmente, seleccionan lo que quieren comprar y lo cuelgan en zonas de poca visibilidad, escondiéndolo de alguna forma, para en su momento de descanso poder buscarlos rápidamente y llevarlos a caja para pagarlo todo sin descuento