Una familia de Ciudad del Cabo ha vivido un susto navideño digno de película y que podría haber acabado en tragedia. Tras decorar el árbol de Navidad con los adornos correspondientes, se dieron cuenta de que algo no cuadraba.
Susto de muerte en un árbol de Navidad
Rob y Marcela Wilde son una pareja de británicos que viven en Sudáfrica desde hace 15 años junto a su familia. Es evidente que la fauna de Reino Unido es bastante diferente a la de Ciudad del Cabo, al sur del continente africano. No es la primera vez que se llevan un susto por culpa de algún animal exótico, pero este supera con creces a cualquier anécdota.
Y es que, tal y como explicaba Rob al medio The Mirror, "Estábamos admirando nuestro trabajo cuando mi esposa Marcela señaló a nuestros dos gatos y dijo que quizá había un ratón en el árbol". Entonces, rebuscando entre las ramas, se toparon con algo un poco diferente a un roedor: una culebra.
Una serpiente venenosa se esconde entre los adornos
En concreto, se trataba de una culebra arborícola de especie Dispholidus typus, conocida como boomslang -serpiente de árbol- en holandés y en afrikáans.
Pese a que la mayoría de culebras de esta especie tienen un veneno inofensivo, esta es una excepción, ya que posee un veneno muy potente que puede ser mortal.

Culebra en el árbol de Navidad / Gerrie Heyn
De hecho, una adulta puede acumular entre 4 y 8 mg de veneno, y 5 mg son suficientes para matar a un humano. El veneno de la boomslang es principalmente una hemotoxina que inhabilita el proceso de coagulación de sangre y la víctima puede morir como resultado de hemorragias internas y externas.
Podría haber acabado en tragedia
Sin embargo, y por suerte, ninguno de los miembros de la familia fue atacado por el reptil y la actuación frente a la amenaza les permitió salvar la vida. Al descubrir lo peligrosa que era la culebra, Rob llamó directamente a un especialista en cazar serpientes para que se hiciera cargo de ella y la sacara de su casa.
Y mientras esperaban a que llegase, la familia empezó a hacer ruido con papel de regalo para asustarla y que no bajase del árbol y se escondiese en algún otro sitio de la casa.
Tras dos horas de espera realmente eternas para ellos, el profesional llegó y pudo retirar fácilmente al animal del árbol, dejando el incidente en una anécdota, que seguro que no olvidarán nunca.