Los vecinos de un bloque de pisos de la calle Luis Fenollet de Valencia, en el barrio de la Fontsanta, todavía siguen en estado de shock. Durante quince años han estado conviviendo con el cadáver de uno de los vecinos en el interior de su casa sin que nadie se diera cuenta. Hacía más de una década que nadie sabía nada de él y todo el mundo pensaba que se habría marchado o que estaría en una residencia hasta que las fuertes lluvias de los últimos días han acabado destapando la realidad y han encontrado el cuerpo, del que ya solo quedaba el esqueleto, dentro de la vivienda.

Descubren que vivían con el vecino muerto desde hacía quince años

El atasco de un desagüe en la azotea debido a las fuertes lluvias provocó que el agua inundara el piso de abajo, donde vivía la víctima, y siguiera hacia el piso inferior. El vecino de este piso, viendo que era un agua de color negro y olía muy mal, alertó a la aseguradora porque se le estaba inundando el piso. Para reparar la avería tenían que entrar en el piso de arriba, que supuestamente estaba vacío, y alertaron a los servicios de emergencias, que entraron en el domicilio por la ventana. Ya dentro, según apunta Levante-EMV, los bomberos y la policía se encontraron con qué numerosas palomas habían anidado en la vivienda y que todo estaba lleno de basura. Entre los desperdicios, el macabro hallazgo: el esqueleto de una persona muerta desde hacía muchos años.

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El hombre llevaba unos quince años muerto dentro de su casa. / Kai Försterling, EFE

La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación para esclarecer los hechos y, aunque en un primer momento se avisó al grupo de homicidio, se ha descartado que se trate de una muerte violenta o criminal, siendo las principales hipótesis la de una muerte accidental o natural. Los restos mortales han sido trasladados al anatómico forense para que se le practique la autopsia y se confirmen las causas de la muerte y cuándo se produjo, aunque según las primeras valoraciones haría unos quince años que estaría muerto.

También debería confirmarse la identidad de la víctima, quien todo apunta que es el anciano que desde hacía décadas vivía en aquel domicilio.  El hombre se había separado de su mujer y nadie había denunciado su desaparición. De hecho, seguía cobrando la pensión y, al hacerse de forma automática, seguía pagando la comunidad. Sus vecinos lo habían echado de menos, pero pensaban que quizás lo habrían internado en una residencia, ya que actualmente tendría 86 años.