Un hombre de 39 años y nacionalidad marroquí entró en dos casas de Sant Feliu de Guíxols (Girona) en dos noches consecutivas con la intención de robar, con la peculiaridad de que en las dos ocasiones los inquilinos estaban dentro, durmiendo. El ladrón consiguió remover la primera propiedad, una vivienda a cuatro vientos, sin despertarlos y al día siguiente entró en la segunda casa -aunque de esta no se llevó nada- con los mismos resultados. Sobre el papel, las incursiones le salieron bien, pero lo que no se imaginaba era que había sido grabado por las cámaras de seguridad y que eso le acabaría costando una detención más que añadir a la larga lista de antecedentes que acumula por delitos contra el patrimonio.

Los Mossos d'Esquadra lo arrestaron el pasado 6 de mayo, acusado de dos robos con fuerza. El primero lo cometió durante la madrugada del día anterior, 5 de mayo. El propietario interpuso la denuncia cuando se levantó y encontró varias habitaciones de la casa revueltas y que le faltaban dos móviles, un ordenador portátil y unos 300 euros en efectivo. El asalto se llevó a cabo entre la medianoche y las siete de la mañana, cuando dormía, y los agentes de la comisaría de Sant Feliu abrieron una investigación para localizar al culpable.

Los objetos robados de una de las casas / CME. 

No se lleva nada y, encima, queda grabado

Confiado por el éxito de su sigilo, la madrugada del día siguiente entró en otra casa a cuatro vientos y con los inquilinos también durmiendo en el interior. Saltó la valla que rodea la finca y accedió a la sala de la caldera. En aquella ocasión, sin embargo, se marchó con las manos vacías. No tuvo en cuenta que había cámaras de seguridad por todas partes y que los vecinos vieron todo lo que había hecho por la mañana cuando se despertaron. Fue gracias a estas imágenes que la policía catalana lo pudo identificar como un ladrón reincidente de la zona y lo pudieron detener.

Los objetos robados de la primera casa pudieron ser devueltos a su propietario y el detenido, con varios antecedentes, pasó a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Sant Feliu de Guíxols el pasado 7 de mayo con la previsión de que vuelva a delinquir después de ser puesto en libertad.