Iryna Zarutska, una joven ucraniana de 23 años llegó a Charlotte, una ciudad de Carolina del Norte, cuando empezó la invasión rusa en su país en marzo de 2022. La joven había estudiado Bellas Artes en la Universidad de Kiev, ciudad donde nació y una vez refugiada en Estados Unidos con su familia, empezó a estudiar inglés y trabajaba en una pizzería para pagarse los estudios de auxiliar de veterinaria.

El 22 de agosto de 2025, poco antes de las diez de la noche, Iryna subió al metro de la línea Azul de Charlotte, a la estación East/West Boulevard. Vio dos sillas vacías y se sentó en la del lado del pasillo. Detrás de ella había un hombre, sentado, que no interactuó en ningún momento con la joven ucraniana. Cuatro minutos más tarde, el individuo, identificado como Decarlos Brown Jr., de 34 años, sacó un cuchillo y, por la espalda, le clavó tres puñaladas en el cuello de manera repentina y letal. Iryna miró a la cara de su agresor y fue consciente de lo que estaba pasando y cuál sería su destino y, solo quince segundos más tarde, se desplomó en el suelo y murió desangrada.

Los viajeros, impactados, avisaron a la policía. Brown bajó del metro a la siguiente parada y fue detenido inmediatamente al andén. Los servicios de emergencia intentaron salvar la vida a Iryna, pero las tareas de reanimación no tuvieron éxito.

El agresor tiene 14 antecedentes penales

Decarlos Brown Jr, el agresor, es una persona sin techo con un largo historial criminal, incluyendo robos, agresiones y llamadas falsas al servicio de emergencias. En enero del año 2025 los médicos determinaron que el individuo no estaba en sus plenas facultades mentales, ya que afirmaba que "un material hecho por el hombre controlaba su cuerpo". Su familia asegura que sufre esquizofrenia paranoide y ha declarado que el hombre creía que Iryna le estaba leyendo la mente. Además, según informan varios medios locales, esta hipótesis podría encajar con los delirios de Brown, que más de una vez había tenido alucinaciones sobre "implantes mentales gubernamentales".

El hombre ahora se afronta a cargos estatales y federales para cometer un asesinato en un transporte público. Los delitos que se le imputan podrían comportar una condena de cadena perpetua o incluso la pena de muerte.

Consecuencias del vídeo

Aunque el asesinato tuvo lugar el 22 de agosto, no fue hasta este martes, 9 de septiembre, que las imágenes se hicieron virales en las redes sociales. La difusión ha generado un amplio debate sobre la seguridad al transporte público de Charlotte y sobre el sistema de salud mental y de justicia de los Estados Unidos, ya que el agresor acumulaba 14 antecedentes penales y, a pesar de su enfermedad mental, se encontraba en libertad.