Los llamados rayos latentes o dormidos pueden ser responsables de incendios forestales. De hecho, un rayo latente parece ser la causa del incendio de la localidad de Laspuña, en Huesca, que se inició el pasado jueves 25 de agosto. Aunque no siempre es así. El problema que hay con los rayos latentes es que pueden pasar varios días desde que impactan en un árbol hasta que se inicia la combustión. Por esta razón se consideran un peligro, ya que el fuego empieza sin que nadie se lo espere. De esta manera, el rayo puede permanecer "dormido" o "guardado", con una combustión mucho más lenta en el interior y, si cambian las condiciones, puede prender de forma inesperada.

El peligro de los rayos latentes

En estos casos, los incendios provocados por rayos latentes pueden empezar incluso un día o dos después de la propia tormenta, por lo que puede ser especialmente peligroso y la vigilancia por parte de los agentes forestales resulta determinante para frenarlo a tiempo. "Cuando en una tormenta el rayo cae en el árbol, entra por el interior del mismo y se va por las raíces. Esto es mucho más frecuente cuando hay bastante humedad en el ambiente. Al haber falta de oxígeno en las raíces —y en el interior del árbol— este no se prende. Por eso se va generando de forma una combustión interna muy lenta", explica Rosalía Fernández Ameneiro, responsable de la información meteorológica en Mediaset España, a NIUS.

Según la experta, esta situación de combustión interna puede durar horas o incluso días y basta que cambien las condiciones meteorológicas, como que baje la humedad, para que el fuego interno del árbol pueda salir al exterior con la grave consecuencia de originar un incendio de manera muy rápida. Esto quiere decir que, esta combustión subterránea y lenta, tiene muy poco oxígeno, pero cuando entra un agente externo, como una corriente de aire o similar se dispara la velocidad de combustión y se produce el incendio. Las brasas se puede reactivar reiniciando todo. Por este motivo es aconsejable vigilar los focos de los incendios durante unos días.

Una difícil detección

A todo esto se le añade un inconveniente. Y es que los rayos latentes solo se pueden detectar a través de cámaras térmicas, y no todos los municipios de España disponen de ellas. Además, si el terreno donde se produce la tormenta es escarpado y de difícil acceso, los expertos no pueden acceder para detectarlos. Un árbol afectado no muestra el proceso de combustión interna que genera hasta que, desafortunadamente, se incendia. Por eso lo que se suele hacer es vigilar las zonas boscosas que han sufrido una tormenta eléctrica y en ocasiones refrescar con agua la zona.

Incendios en España

Dejamos atrás un verano con una incidencia "extremadamente alta" en la formación de incendios forestales, según explica Eduardo Rojas Briales, decano del Colegio de Ingenieros de Montes. Las principales causas han sido los rayos, aunque también entran en juego las negligencias de las personas. En concreto, este verano de 2022, varios de los grandes incendios forestales han sido provocados por estos motivos.