Las imágenes son asquerosas sólo de verlas. La Guardia Urbana ha retirado 1.000 productos de una tienda de comestibles del distrito de Sants de Barcelona que estaban caducados y que estaban igualmente a la venta.

Los agentes de la policía de la ciudad recibieron una llamada de un ciudadano que había detectado en la tienda varios productos que ya habían agotado la fecha de caducidad que marcan a los fabricantes e igualmente estaban a la venta.

Más de 1.000 productos caducados

Los agentes de la comisaría de Sants-Montjüic se presentaron en el establecimiento, una de estas tiendas de productos que abren casi todas las horas del día, y localizaron los productos que había denunciado el ciudadano. Los agentes intervenir 985 productos no aptos para el consumo. Según han explicado fuentes de la policía de la ciudad los productos estaban caducados e igualmente estaban en el lineal con el fin de ser vendidos.

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Imagen del interior de la tienda, en una imagen de la Guardia Urbana de Barcelona / GUB

En la inspección que hicieron los agentes de la Guardia Urbana, más allá de retirar del mercado los productos caducados, se levantaron cuatro actas por infracciones de la normativa sanitaria. Los agentes sancionaron al propietario para no tener el cartel que regula la venta de alcohol a menores de edad, para no tener hijos de reclamaciones, para vender productos caducados y para tener graves carencias de condiciones higiénicas en el local. Este último hecho se puede ver claramente en las fotos que la policía hizo durante la inspección.

La operación 'Rebost' de la Guardia Urbana de Barcelona

Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona aseguran que el número de infracciones, sobre todo por falta de salubridad y la puesta a la venta de productos caducados, ha bajado en los últimos años.

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Imagen de las condiciones como estaba el interior de la tienda registrada por la policía de Barcelona / GUB

Con el inicio de la explosión de este tipo de tiendas se notó un incremento de productos en mal estado que estaban a la venta sin ningún tipo de control e incluso la policía de la ciudad tuvieron que activar una operación, denominada Rebost (despensa en catalán), para controlar las tiendas. Ahora, aseguran desde el consistorio, que se ha podido normalizar la situación y que los casos que detectan de productos caducados en venta y sin control sanitario ha bajado mucho.