La Audiencia Provincial de Tarragona ha condenado a un vecino del Vendrell, en el Baix Penedès, a tres años de prisión para tener más de 200 armas de todo tipo, algunas incluso consideradas de guerra. En un acuerdo con el fiscal, antes de llegar al juicio oral, también se ha acordado la destrucción de todo el material que se le intervino y que se decomisen los 15.100 euros que tenía procedentes de la venta de armas.
El hombre escondía más de 200 armas en su casa, su coche y el piso de su expareja
El hombre fue pillado en un control policial en la autopista AP-2, a la altura de Montblanc, el 14 de diciembre de 2012, según explica el Diario de Tarragona. Los agentes registraron el vehículo, un Volkswagen Kombi, y encontraron en el interior del maletero catorce pistolas, diez revólveres antiguos, un rifle, un cañón, cuatro granadas de mano, catorce espadines, quince espadas, diecinueve cuchillos, 28 bayonetas, 43 navajas y 112 cartuchos. En un expositor también se encontraron dos bayonetas, un hacha, una maza, tres proyectiles, 24 latas con munición y fulminando y 370 cartuchos. Por último, en la parte posterior había tres pistolas y 350 cartuchos, además de una riñonera con 3.925 euros.
Aquella misma tarde, los agentes también registraron el domicilio que el detenido tenía en el Vendrell, donde encontraron en varias estanterías dos granadas de mano, un tarro metálico de humo, una gran cantidad de munición, piezas de armas y bayonetas en diferentes cajas, armas y revólveres. En los altillos de la cocina y el baño encontraron una gran cantidad de fusiles, un subfusil, y 15.100 euros. En otra parte del local también aparecieron armas cortas. Por último, el hombre también les entregó varias armas largas, fusiles, escopetas y munición de varios calibres que tenía escondidos en un altillo de la entrada. Una de las armas decomisadas era un subfusil automático que es considerado como un arma de guerra y su adquisición y tenencia está prohibida.
Al cabo de cuatro días también se registró el piso de la expareja del acusado en la localidad de l'Ampolla, en el Baix Ebre, donde el hombre había estado viviendo hasta la Semana Santa de 2012. En la vivienda se encontraron escondidos un fusil, una espada, una caja de munición y una bolsa con varios paquetes de munición y un cuchillo.