La madre de la bebé que fue encontrada decapitada en una planta de reciclaje en la localidad madrileña de Loeches el pasado mes de diciembre dormirá desde esta misma noche en la prisión d'Estremera. Así lo ha decretado la jueza de Arganda del Rey que lleva el caso después de que la mujer, de 39 años y nacionalidad ecuatoriana, fuera detenida el pasado miércoles tras meses de investigación con el fin de identificar el cadáver y poder localizar a sus padres. Según la magistrada, la acusada asesinó a su hija, la descuartizó a fin de que no pudiera ser identificada y tiró las diferentes partes del cuerpo a la basura.
Asesinada y tirada a la basura
El cadáver de la menor, que solo tenía cinco días de vida cuando la mató, apareció en el vertedero de Loeches, en Madrid, el 12 de diciembre de 2024. Desde un primer momento se tuvo claro que no se trataba de una bebé que ya hubiera nacido sin vida o hubiera muerto poco después fruto de complicaciones en el parto. El cuerpo presentaba signos evidentes de violencia y todo apuntaba que había sido un asesinato con posterior descuartizamiento. De hecho, solo se llegaron a encontrar la cabeza y una de las piernas, mientras que el resto de partes, a estas alturas, no se han podido localizar.
Las muestras de ADN que los investigadores pudieron obtener de la cabeza de la bebé acabaron llevando hasta su madre, que fue detenida en su domicilio en el barrio madrileño de Vallecas. El perfil genético de la mujer, tanto de una muestra facilitada en el momento de la detención como de una muestra de sangre que consta en los ficheros policiales, confirman "la compatibilidad biológica maternofilial" entre los restos del bebé y la mujer. Además, también se ha podido confirmar por el ADN que el padre sería su actuar pareja, con quien tiene dos hijos más. La jueza, sin embargo, apunta que fue la madre quien la mató y descuartizó antes de deshacerse del cuerpo tirándolo a la basura, descartando por el tipo de heridas que presentaba que el descuartizamiento lo provocara las máquinas de la planta de reciclaje donde se encontró el cuerpo.
La madre, a la cárcel por el asesinato
Una vez identificada y detenida la madre del bebé, se hizo un registro en el domicilio familiar y se recogieron restos biológicos, en más de varios cuchillos y el teléfono móvil de la madre. La jueza, al considerar que podría destruir pruebas y que hay un alto riesgo de huida, ha decretado para la mujer prisión provisional sin fianza. Para intentar evitarlo, su abogada había argumentado que la madre podría haber tenido una psicosis postparto, que un informe médico demuestra que ella no estaba embarazada, que el ADN podría estar contaminado y que el descuartizamiento del cuerpo podría haber sido realizado por las máquinas de la planta de reciclaje.