La investigación de la Guardia Civil entorno la muerte de un bebé encontrado el pasado mes de diciembre en la planta de reciclaje de Loeches, en Madrid, ha revelado que el bebé fue asesinado y descuartizado, posiblemente, para dificultar su identificación. Además, se ha podido determinar que tenía cinco semanas de vida y que se trataba de una niña.

Los trabajadores del centro de tratamiento de residuos localizaron el cadáver alrededor de las dos menos cuarto de la madrugada del 12 de diciembre y alertaron a las autoridades inmediatamente. En concreto, avisaban de haber encontrado partes del cuerpo de lo que parecía ser un bebé y, en un principio, se pensó que este descuartizamiento había sido provocado por las máquinas de la misma planta, un extremo que la autopsia y los primeros indicios recopilados por la Guardia Civil desmintieron, apuntando hacia un troceo voluntario por parte de la persona, o personas, que se habían deshecho de la criatura. La causa de la muerte habría sido por asfixia, a juzgar por las marcas que encontraron los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) en el cuerpo.

Piden colaboración ciudadana para poder encontrar a los padres del bebé muerto

De momento, no se ha avanzado mucho en la línea de investigación que trata de determinar quiénes son los padres de la bebé; identificar a los progenitores es esencial para poder averiguar con exactitud qué pasó para que un recién nacido de solo cinco semanas de vida acabe asesinado y desechado de una manera tan escalofriante. Por este motivo, desde la Benemérita han pedido la colaboración de la ciudadanía para, en caso de tener cualquier información sobre los hechos, no dude a llamar al teléfono 062.