Dani Alves ha pasado su primera noche entre rejas. El futbolista ingresó en Brians 1 este viernes por la noche, después de horas en los calabozos y de declarar ante la jueza, que decretó su ingreso en prisión preventiva y sin fianza. En el Departamento de Ingresos del centro penitenciario ya lo estaban esperando. Le hicieron la tradicional toma de huellas y fotografías que hacen a todos los reclusos que llegan por primera vez. A pesar de ser un importante y famoso futbolista, el trato que recibió fue lo mismo que el de los otros tres detenidos que ingresaron en esta prisión del Baix Llobregat en torno a aquellas horas.

 

Los funcionarios le ofrecieron un lote penitenciario para que se pudiera cambiar de ropa. Todavía llevaba puesta la misma que tenía al entrar en la comisaría de los Mossos d'Esquadra a primera hora de la mañana, y no tenía ningún recambio hasta que no se lo trajera algún familiar. Se le registró y se le hizo una revisión médica, que corroboró su perfecto estado de salud. Según explica La Vanguardia, le ofrecieron una pastilla para dormir, pero la rechazó. Tampoco quiso hacer la llamada telefónica de rigor que permiten a los reclusos que acaban de ingresar, ya que no recordaba ningún número de teléfono y no tenía su móvil para buscarlo.

Dani Alves pasa la noche abatido, callado y sin ganas de comer

Los funcionarios le dieron un libro y una botella de agua para que pasara la noche. Lo ha hecho en una celda individual con una ventana hacia el exterior. Le llevaron la cena, pero prácticamente no comió nada. El futbolista estaba muy afectado anímicamente, abatido, cabizbajo y no tenía ganas de hablar con nadie. A duras penas decía alguna palabra y la decía en voz baja y con educación. No está previsto que tenga contacto con ningún otro recluso mientras esté en el pabellón de ingresos. No será muchos días hasta que lo destinen a otro módulo.

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Dani Alves dentro del furgón de los Mossos d'Esquadra camino en Brians 1. Foto: Quique García / EFE

Durante este periodo recibirá la visita de educadores de la prisión, un jurista y un psicólogo. Según detalla El Períodico, no recibirá la visita del asistente social como pasa con muchos presos, ya que se acostumbra a hacer solo en casos de reclusos que vengan de una familia desestructurada. Le explicarán cómo funciona todo dentro del centro penitenciario y lo evaluarán para saber a qué módulo lo destinan, seguramente uno de los menos conflictivos. La noticia de su llegada a Brians 1 ha corrido como la pólvora entre los otros reclusos y ha generado una gran expectación.