Los Mossos d'Esquadra han detenido a cuatro chicos de entre 22 y 26 años a los que pillaron pintando un tren en la estación de Sant Vicenç de Calders, en El Vendrell (Tarragona), y que intentaron huir por las vías en un momento en que la circulación de convoyes estaba operativa. Los hechos tuvieron lugar hacia las seis y media de la mañana del pasado domingo, 3 de agosto, cuando unos vigilantes de Renfe vieron que había cuatro personas haciendo un grafiti en uno de los trenes y rápidamente alertaron de la situación a la policía catalana. Al darse cuenta de que los habían descubierto, los cuatro chicos arrancaron a correr para intentar escapar.
Uno de los grafiteros se dirigió hacia un vehículo que los jóvenes tenían aparcado en torno a la estación, pero los agentes de los Mossos pudieron interceptarlo antes de que pudiera huir. Los otros tres jóvenes consiguieron escapar y se montó un dispositivo de búsqueda con varias patrullas, sin que en ningún momento se llegara a cortar la circulación de trenes. Finalmente, uno de los tres fugitivos pudo ser descubierto escondido entre la vegetación cerca de las vías del tren, mientras que los otros dos consiguieron llegar hasta Calafell, donde acabaron detenidos en el cruce de la calle Villarroel con el paseo Unió.
Varios antecedentes para hacer pintadas en trenes
Los cuatro detenidos, de quienes no se ha facilitado la nacionalidad, están acusados de un delito de daños. Entre todos ellos ya suman una treintena de antecedentes policiales, algunos por otros daños derivados de las pintadas a trenes. En esta ocasión, hicieron un grafiti de siete metros de longitud e iban preparados con otra capa de ropa debajo con el fin de deshacerse de la utilizada mientras pintaban el vagón de tren. Los cuatro quedaron en libertad este lunes a la espera de que el magistrado de los Juzgados del Vendrell que se haga cargo del caso los cite a declarar.