Así como los trabajadores saben que a los 65 años ya se pueden jubilar, los ladrones no tienen una edad marcada para retirarse y dejar su vida delictiva. Normalmente, lo acostumbran a hacer antes de llegar a esta edad, pero existen algunos casos excepcionales, como el del hombre de 70 años que ha sido detenido por los Mossos d'Esquadra esta semana acusado de ser el presunto autor de dos robos con fuerza en establecimientos comerciales de la Garrotxa.

El primero de los dos robos se produjo el pasado 27 de febrero, hacia las once y media de la mañana, en un local de la calle Jaume de Cal Valent de Sant Esteve d'en Bas. El hombre forzó la persiana para poder entrar a robar, pero una vecina oyó los ruidos y lo vio. La mujer le metió un fuerte grito y el ladrón se acabó marchando sin llegar a llevarse nada ni acceder el local al ver que había sido descubierto. Por este motivo, solo se le acusa de un robo con fuerza en grado de tentativa.

El pasado 6 de marzo volvió a cometer un nuevo robo, esta vez en la calle Volcà de Santa Margarida de Sant Cristòfol les Fonts. Forzó la persiana del establecimiento y, en esta ocasión, sí que pudo acceder sin que nadie lo pillara 'in fraganti'. El ladrón se pudo llevar unos 500 euros en moneda ucraniana, 100 euros en moneda polaca y 500 euros. La Unidad de Investigación de los Mossos de Olot acabó identificando al presunto autor del robo, un hombre de 70 años a quien le constaba como residencia un domicilio de Manresa.

Finalmente, en colaboración con la Unidad de Investigación de Manresa, el hombre pudo ser detenido el mismo 6 de marzo al mediodía en la calle Sant Joan del Coll de la capital del Bages, según informe el Diari de Girona. En el momento de la detención, el arrestado llevaba encima documentación y dinero del robo en Sant Cristòfol les Fonts e iba vestido exactamente igual que cuando lo había cometido. El ladrón, a quien le constan más de una veintena de antecedentes policiales, fue detenido y pasará a disposición judicial este miércoles.